XXI Navidad

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Recuerdo. Un año antes.

Narrador omnisciente.

Cierto ex alumno de la escuela de hechicería metropolitana de Tokyo, miraba como delante suyo se creaba una escena digna de admirar y recordar.

Sus anteriores compañeros, junto a ex profesor, jugaban con la pequeña niña mitad maldición. Cierta forma se sentía extraño de que hayan utilizado su cuerpo para crearla. Pero no le molestaba.

Gracias a aquello, las maldiciones y chamanes estaban en cierta paz. No hubo amenazas en los últimos siete años que podrían llegar a provocar el fin del mundo.

Ahora, tenía una familia con la cual pasar la navidad. Sonrió mirando como todos le daban diferentes regalos a la pequeña mientras los fuegos artificiales hacían ruido afuera.

- Buena vista- dijo una voz detrás suyo acercándose. Giro su vista y se encontró con la maldición de la cual fue recipiente.

- Si- dijo con una sonrisa- y me gustaría que siempre fuera así- murmuró.

-¿Por qué lo dices?- pregunto la maldición tomando un vaso de licor mientras seguía mirando a los hechiceros.

La sonrisa de la niña mientras jugaba con el albino de su tío. Fushiguro hablando con Nobara y cada tanto riendo, y la chica Albina de la cual se había enamorado hacia un poco más de mil años atrás, está sonreía y reía mientras juntaba algunas cosas con ayuda de la Ze'nin.

- Algo... algo dentro de mi me grita que no dudará mucho tiempo- susurro, la maldición giró su vista al contrario.

-Tambien lo siento- contestó. Miro devuelta al frente y suspiro- Itadori- llamo al contrario, el cual se sorprendió al escuchar a la maldición llamándolo por su nombre.

-¿Qué sucede?- pregunto con cierto nerviosismo.

- Prometeme algo....

Presente. 25 de diciembre.

Narra Tn

Levanté la vista mirando más allá del frondoso bosque. Podían verse a lo lejos pequeñas luces de colores alumbrado el cielo mientras donde estaba sólo estaba oscuro y silencioso.

Me encontraba arriba del techo de la cabaña. Ya habíamos cenado pero no era lo mismo. Abrazaba el peluche en mis brazos sin querer soltarlo.

Tenía miedo.

Ya estaba todo organizado, mañana iríamos a Japón, atacariamos Kioto para dejar Tokyo indefenso. Pero sentía que algo pasaría y no quería más dolor.

- ¿Puedo acompañarte?- pregunto dicha voz ya conocida por mi. Mire al costado notando a Sukuna parado.

- Claro- conteste. No tardo en sentarse a mi lado. Apoye mi cabeza en su hombro y mire hacia donde los colores iluminaban el cielo oscuro a lo lejos.

Cerré los ojos disfrutando de su calor. No me había dado cuanta cuando el cielo se había nublado y pequeños copos caían.

-Prometeme que volverás- murmure.

-Lo prometo- contestó- Feliz Navidad.

No se como habíamos llegado a aquella posición, lo último que habíamos hablado, era del hecho que Megumi quiso salir, por lo cual no estaba en la cabaña.

Ahora me encontraba inmovilizada contra la pared mientras Sukuna acariciaba mi cintura con sus grandes manos.

Comenzó dejando suaves besos en mi cuello hasta llegar a mis labios los cuales en ligar de besar con desespero, besaba lentamente.

Lo abrace por el cuello cuando me levanto haciendo que mis piernas se enterarán en su cintura. Seguía el beso sin mucha dificultad y sólo disfrutaba del momento.

Entramos a nuestra habitación donde no tardo en dejarme en la cama y colocarse arriba mío. Seguimos basándonos de forma más profunda. Su boca con la mía y nuestras lenguas juntas.

Ya podía sentir en bulto en sus pantalones chocando contra mi intimidad por lo que no tarde en soltar un leve gemido cuando hizo fricción entre ambos.

La ropa comenzó a desaparecer entre ambos. No me mando a hacerle una mamada como era costumbre, tampoco me trato brusco. Era diferente.

Besaba mi cuerpo y lo acariciaba, como si quisiera recordar cada extremo de este. Bajo hasta mi vientre donde sólo lo miro por unos segundos y dejo un beso en este.

Luego volvió a subir a mis labios besando estos con delicadeza. Abrió un poco más mis piernas y no tardo en entrar en mi.

Comenzó a moverse lento hasta que las retocadas se hicieron más rápidas y profundas. Los gemidos por mi parte no se hicieron esperar, al igual que los suspiros por parte de ambos.

No hicimos mucho. Sólo fue eso. Una sola ronda para luego terminar en el baño tomando una ducha ambos. Lave su cabello y lo enredaba haciendo formas.

Al terminar de ducharnos sólo nos acostamos en la cama con el abrazandome por la espalda. Cerré los ojos y caí en los brazos de Morfeo.

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Perdón que no hubo detalles, no tenía inspiración:v

Se los debo.

☠Shi no namae☠ - Sukuna Ryomen [II]✔Where stories live. Discover now