Reflejado en tus ojos

1. Novedad.

Jacob.

Faltaba poco para iniciar nuevamente las clases, y con eso también mi rutina de estudiante junto a mis amigos de la manada.
No era algo que me entusiasmara mucho, pero algunas clases sí lograban despertar un poco mi interés, así que tenía sus puntos positivos.

Me encontraba en mi habitación organizando algunas cosas, ya la había descuido bastante y no quería que se volviera un total desorden. Una vez que termine baje a la cocina en dónde mi padre ya tenía la cena lista.

—Justo a tiempo, hijo, ya está la comida.

Dijo mientras nos sentábamos en la mesa con los platos ya servidos.
Era un delicioso filete acompañado de unas papas bien sazonadas.

—¡Que bien! Muero de hambre.

Me dispuse a comer felizmente lo que se encontraba en mi plató. Mientras saboreaba la comida, mi padre empezó a hablar.

—Jake, ¿recuerdas a los Cullen?

—Sí, la pareja de vampiros que vive en su parte respectiva del territorio.

Dije sin despegar la mirada de mi plato.

Bueno, después de todo, quién podría olvidar a su “enemigo” que vive no muy lejos de nuestro territorio, o mejor dicho pegado a nuestros límites. Además, la rivalidad entre vampiros y lobos siempre estuvo presente si no mal recuerdo.

—Sí, pero ahora no serán solamente dos vampiros, ya que me informaron que sus hijos adoptivos van a venir a vivir con ellos.

Al escuchar eso casi me atoro con el pedazo de carne que tenía en la boca.

—¿¡Cómo!? ¿Hijos adoptivos?

Lo miré expectante. ¿Era en serio? ¿Más chupasangre por estos lados? Esa idea no me gustaba nada.

—Sí, también me sorprendí cuando me dieron la noticia. Aunque sabía que tu reacción sería mejor que la mía.

Dice tranquilamente con una sonrisa en su rostro, ya que al parecer mi reacción le causó gracia.
No podía entender como estaba tan tranquilo al respecto, pero supongo que no queda de otra. Igual no ganaríamos nada si nos enojáramos, desde esa perspectiva lo entiendo.

Después de cenar ayude a limpiar para luego ir a mi habitación. En dónde recordé la noticia de los nuevos residentes de la zona.
Siempre y cuando respeten el tratado entre los clanes supongo que no hay nada de que quejarse. Pero la idea sigue sin agradarme.
Dejé esos pensamientos de lado y me fui a dormir, ya no quería seguir pensando en ese tema.

A la mañana siguiente los rayos de sol que entraban por la ventana me despertaron. Me estiré un poco antes de levantarme, luego fui al baño a hacer mis cosas y a lavarme los dientes. Volví a la habitación para vestirme y bajar a la cocina en dónde se encontraba mi padre.

—Buen día, papá.

Lo saludé mientras iba a su lado para prepararme el desayuno.

—Buen día, Jake.

Responde con una sonrisa y su taza de café en mano como todas las mañanas.
Para desayunar preparé unas tostadas con huevos y un café. ☕︎

Los coloqué en la mesa para después sentarme junto a él, y empecé a comer tranquilamente mientras hablábamos de cosas triviales.

Una vez que terminé de desayunar, limpié lo que había ensuciado y me dispuse a salir de casa.

—Voy a salir un rato, papá, nos vemos más tarde.

—Bueno hijo, nos vemos luego. Pero no vayas a venir muy tarde o comerás la comida fría.

—Entendido~