11. Partículas De Polvo

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Canción: “Rosyln” de Bon Iver y St. Vincent

Jacob.

Una cálida lágrima cae por mi mejilla, dejando un húmedo rastro salado y cosquilloso. Despertándome con lentitud de ese borroso sueño en el que me encontraba, en el que no paraba de oír una y otra vez la voz con la que realicé esa penosa promesa, el día anterior.

—”Adiós, Edward”.

Repito en un suspiro lo último que creí escuchar, antes de abrir con pesadez los ojos cubiertos de empapadas líneas negras.

Los rayos de luz que se filtran a través de las delgadas cortinas me indican que es de día, quedándome casi hipnotizado observando las partículas de polvo, que danzan en la calidez del sol.
Escucho los latidos de mi corazón, el sonido de la respiración y todo lo demás que con sutileza se oye en la tranquila habitación, teñida con los colores de los pliegues del vestido que trae en su visita la penumbra.

¿Será de mañana? O quizás, ¿Pasado el mediodía? No lo sé, solo tengo la certeza de que no tengo ningún deseo de salir del cálido nido de sábanas blancas en el que se había convertido la cama, que tan acogedoramente me arropaba, apagando cualquier necesidad de apetito que exista en mi interior. Permaneciendo sumido en ese total silencio que perdura debajo de la suave almohada, recordando los alegres y nostálgicos días de mi infancia.
Eran tan hermosos, y jamás me detuve lo suficiente para apreciarlos. A aquellos días en los que lo único que importaba era divertirse con los amigos, hacer travesuras, quejarse de la primaria y esperar con ansias los días festivos.

—Bella Swan.

Aparece en mi mente el nombre de una de mis pocas amistades humanas. Provocando que sienta algo de intriga sobre que es de su vida al día de hoy, después de todo, la última vez que la vi éramos tan solo dos niños jugando a la pastelería de aparentes aperitivos con sabor a chocolate.

Tomo el teléfono que estaba a un lado de la cama, sobre la mesa de luz. Ésta es una de las pocas veces en que le pongo interés a ese aparato, sin que sea necesariamente para tratar de comunicarme con alguien. Deseando a su vez que este momento de distracción siga presente en mi cabeza, aunque sea un poco más.

Puedo ver un par de fotos de Bella en la única red social que se usar bastante bien. En las que puedo verla junto a su madre, amigos y algunas otras personas, entre ellas reconozco a alguien en particular, mi hermana.
Había pasado por alto que Rebecca se había mudado a Phoenix, Arizona, en donde decidió ejercer su vocación con la idea de asentarse.

Ver las sonrisas que aparecen a través de la pantalla, hace que me de una extraña sensación de querer volver a interactuar con ellas.

Con vacilación, decido al fin presionar el botón de enviar mensaje, observando con paciencia si habría alguna respuesta.

—(¿Desde cuándo me he vuelto tan…? Podría deberse por el hecho de).

Un sonido proveniente del teléfono me saca del trance. Era una respuesta de Rebecca.

Estuvimos platicando más tiempo de lo que me hubiera imaginado. Me contó de su vida, su trabajo y sus logros, había tanto para contarnos. Pero sin que en ningún momento se mencionara de mi parte lo que sucedió recientemente.

Reflejado en tus ojosWhere stories live. Discover now