19. No Te Vayas.

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“A White Demon Love Song" de The Killers.







Jacob.

La forma de lobo con la que me encuentro ahora, comienza a jugarme una mala pasada. Los músculos de las patas tiemblan por los nervios que sin percatarme estaban en aumento. Retrocediendo solo unos centímetros, dejando una postura habitual de la especie cánidos cuando se siente atemorizada.

No esperaba encontrarme con él, por lo que el shock que me causó tenerlo de frente en un momento vulnerable, logró bloquear parte de mis sentidos, dejando un hipnotizante pitido que me agobia los tímpanos, mientras veo a al etéreo sujeto ante mis ojos.

-Jacob -pronuncia ese nombre con voz serena, dando un paso al frente con cautela.
Su voz me regresa el alma al cuerpo en un instante, crispando los gruesos cabellos de mi pelaje.

-(No te acerques). -Tomo una postura más firme cuando al fin puedo reaccionar-. (Cruzaste el perímetro. Regresa por donde viniste de inmediato). -De forma automática las orejas se agachan, mientras enseño un poco de los filosos caninos en forma de advertencia.

En mi interior estoy gritándole a mi cuerpo, tratando con todas mis fuerzas de que la imprimación no me venza ahora, en esta brecha que dejé a su favor.

-Jacob, por favor. Solo quiero hablar contigo.

-(No tenemos nada de que hablar). -Comienzo a alejarme despacio, tratando de no demostrar algún indicio de temor-. (Será mejor que regreses por donde viniste).

-¡Jacob!

Ignoro su llamado, a pesar de que eso me cause una punzada en el pecho.

De pronto, redujo toda la distancia que había entre nosotros. Posicionándose a un lado de mi cuello, buscando lo que podría ser, ¿Un contacto?

-(¡Aléjate!). -Intento huir de lo que sea que está haciendo.

Pero solo logro empeorar la situación. Provoqué que tome una medida ante mi acción apresurada. Me sujetó fuertemente del cuello, colocándose en uno de los puntos ciegos a los que los mordiscos y zarpazos que lanzo no logran alcanzarlo.

-¡No quiero pelear contigo! Solo te pido un momento para hablarte. ¡Escúchame por favor! -dice en medio del forcejeo.

Mi condición física ya no es lo que solía ser, no puedo seguir el ritmo de la lucha que estoy enfrentando en este momento.
En el pasado, habría soportado con facilidad este apretón inhumanamente fuerte. Ahora puedo comprobar que eso ya no es así.

Él comienza a ceder cuando nota que mi tamaño corporal disminuye, regresando obligadamente a mi forma humana.

-¿Jacob? -se oye sorprendido.

Toso al sentir todavía la anterior sensación de asfixia en la garganta, pero que no llega a tal punto.

Me entrega la camisa gris que traía puesta hace un instante atrás sobre una remera blanca.
La tomo de un tirón para cubrirme la cintura, de una forma obviamente enfadada.

-No te molestes en decir nada -hablo dirigiendo la mirada a un lado.

La vergüenza, sorpresa, temor y tristeza me golpearon en ese mismo instante en que volví a ser humano. Mi sistema parece estarse sobrecargando con esas oleadas de sensaciones que, por tanto tiempo, tuve encadenadas firmemente en el fondo de mi propia existencia. El orgullo, la necedad y perseverancia ya no pudieron mantenerlas ocultas, como si un rayo los hubiera extinto sin previo aviso.

Reflejado en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora