(Fanfic con personajes originarios de la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer)
Jacob vivía su vida cotidiana junto a su padre en la reserva natural de Forks, Washington. Hasta que recibe la noticia de que vendrían a vivir nuevos residentes de piel cla...
Estoy en el pórtico, observando como Jacob se dirige al bosque con la manada, quienes insistentemente le pidieron que les acompañara en sus actividades restantes de este día. Le sonrío, despidiéndolo con un movimiento de mano, cuando antes de desaparecer en las sombras del bosque, me dedicó una fugaz mirada, percatándose de que lo observaba, para luego con un asentimiento suyo desaparecer de mi campo de visión.
Ya se han marchado, pero sigo manteniendo la vista en ese lugar por el que se adentraron en las profundidades boscosas. Recordando la plática que momentos atrás, me quitó gran parte de la esperanza que tenía muy en mi interior cuidadosamente reservada.
Y es que luego de que Jake decidiera regresar a la casa para cambiarse, dejándome con mis colegas mientras platicábamos, una posible conclusión salió a la luz debido a su ausencia. Que había dejado lugar a un momento que evaluaría su retorno.
Los Quileutes somos completamente conscientes de la influencia que posee la imprimación en los de nuestra especie. En pocas palabras, la vida de los lobos puede dar un giro de 180° cuando encuentran a su impronta. Con el fin de hacer lo posible para lograr ser parte de la vida de esa persona que quedó plasmada en su destino. Sin importar, con que tipo de vínculo se relacionen, pudiendo ser este de amistad, hermandad o de forma romántica, ya que solo el deseó de permanecer a su lado es lo que realmente añora su propia existencia.
Hasta donde tengo memoria, jamás se había dado un caso en que el imprimador y la impronta permanezcan separados, a pesar de que sus corazones ya se hayan reconocido. Y en los registros de los antepasados Quileute, tampoco se haya algo igual, o aunque sea similar. Porque después de todo, se supone que la imprimación solo sucede con las personas que son perfectas la una para la otra, de tal manera que sus vidas se entrelazan casi sin notarlo, impulsados mutuamente por el deseó creciente de permanecer juntos. Algo que está especialmente arraigado por el lado de los cambiaforma, quienes sienten la insistente necesidad por permanecer al lado de su persona especial, para protegerla, amarla y acompañarla tanto en las buenas como en las malas, brindándole un apoyo y amor incondicional.
Eso es lo que creíamos ciegamente hasta el día en que mi descendiente, Jacob Black, se imprimó en Edward Cullen, un frío, que para nuestra suerte no parece ser es un peligro para la tribu o los humanos. No son de la misma especie, ambos son hombres, tienen siglos de diferencia y para rematar, son enemigos por naturaleza. A pesar de todas esas diferencias o adversidades a plena vista, pensé que sería posible sobrellevar el asunto, de tal manera en que ambas partes llegaran a un acuerdo. Pero nada de eso sucedió. Aunque no tengo el panorama completo del motivo, mi hijo se cerró absolutamente hacia su impronta, poco después de encontrarla. Distanciándose a tal medida, que incluso se alejó de todas las personas que se encontraban a su alrededor, incluyéndome a mí. ¿Será por qué su otra mitad es un vampiro? ¿O sucedió algo entre ellos de lo que no nos hemos enterado? No lo sé.
Temí lo peor cuando llevó a cabo esa descabellada idea de irse por un tiempo indeterminado a vivir con su hermana Rebecca, en Phoenix, Arizona. A pesar de mis súplicas, él no desistió de esa idea. No puedo negarlo, realmente llegué a creer que esa despedida antes de permitir que subiera al avión que lo alejaría de Forks, sería la última vez en que lo volvería a ver erguido junto a mí. A medida que transcurría el tiempo, él seguía estando en contacto conmigo, algo que realmente agradecía cada día. Y con cada nueva salida del sol, aguardaba en mi el deseo de recibir alguna noticia suya, incluso un solo mensaje o llamada casual de su parte, meramente para saludar, era algo que valoraba en gran medida.
Sin embargo, la impronta también logró sorprenderme. Ya que al principio su rechazo fue más o menos evidente, al negar la situación e intentar a su vez el evitar a Jacob. Luego de la nada, se acercó a nosotros, buscando a mi hijo, para aparentemente hablar sobre la imprimación. Acto por el cual se había decidido demasiado tarde, pues él ya se había marchado para ese entonces. Si tan solo se hubiera decidido un par de horas antes, talvez las cosas serían diferentes hoy en día. Eso sí, lo que hizo después, fue lo que realmente aún es complicado de llevar a una conclusión. ¿Realmente quería alejarse de Jacob, o simplemente ni él mismo sabía cuál era su verdadero deseo?
De todos modos, de nada me servirá preguntarme eso ahora. Jacob no acepta ninguna petición por modificar su plan de realizar ésta fugaz visita, que solo concedió para acompañarme en mi cumpleaños, al que le solicité que asistiera, únicamente para verlo de nuevo. Solo por eso es que ésta visita de 3 días fue concedida, pero pasado mañana retornará a Phoenix, dejando en claro que lo haría sin ningún pretexto o retardo que cambie eso.
Siento un nudo en el corazón, al recordar esa oración, que se clavó como una lanza en mi pecho al escucharla. Rompiendo el escudo de esperanza que contenía esa idea reflejadora de las consecuencias que sucederían a futuro, algo que ni siquiera quería pensar.
"Sí, Jacob ha logrado seguir su vida lejos de su impronta por un año, como puedes ver. Pero eso de por sí fue todo un milagro, y como todo suceso, esto también tiene un fin. Es su propia voluntad y fortaleza quienes lo mantuvieron firme, batallando con su propio destino. A pesar de su fortaleza, su cuerpo le está pasando factura, al igual que el espíritu que en su interior habita. Algo de lo que tú mismo, Billy, eres también testigo. Su musculatura se está consumiendo lentamente, está más delgado que cuando partió e incluso la vitalidad que antes emanaba de su rostro, ahora se sigue desgastando. Quién sabe que otra cosa más le debe de estar ocurriendo, y que él ha de estar ocultando de todos. esto te lo decimos porque realmente los apreciamos mucho a ambos, y creemos que debes saberlo. Disfruta éste tiempo a su lado, fruto del milagro. Porque si tú hijo sigue por él mismo camino por el que se encuentra, ya no habrá forma de que podamos ayudarlo".
La idea de llamar a la impronta no fue una sugerencia bien aceptada. Ya que si Jake no está dispuesto a recibirlo, y realiza algún acto impensable, la situación se podría agravar aún más, incluyendo también a Edward Cullen en las desfavorables consecuencias. Eso trae la posibilidad de arrastrar algún conflicto entre los clanes, y quién sabe qué catástrofe se podría llegar a dar si se pierde el equilibrio entre ambos bandos que aún conviven en éste territorio.
Una húmeda gota se resbala por mi mejilla, dejándose guiar por las arrugas que adornan mi rostro tallado por los años. La impotencia de ver como la vitalidad de mi propio hijo se va extinguiendo lentamente como una vela, sin poder hacer nada, me está sobrepasando. ¿Qué es lo que realmente debería hacer? Primero fue el duelo de perder a mi amada esposa Sarah, que se me fué arrebatada por ese trágico accidente que le quitó la vida. ¿Y ahora también perderé a Jacob? El más joven de mi descendencia y único hijo.
—¿Qué es lo que debería hacer? Sarah. —Acaricio una vieja foto, en la que se encuentra plasmada Shara a mi lado, junto a nuestro pequeño. Todos juntos, como solía ser.
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El dolor de un padre al ver como la vida de su hijo se escurre entre sus manos. Y un futuro incierto para quienes son envueltos en este peculiar vínculo entre dos enemigos naturales, ¿Qué sucederá con esas almas con sentimientos perdidos? ¿Quién será que mueva la pieza que decidirá el destino de sus vidas?
