44. La fiesta de la luz

5.9K 839 135
                                    

No dejamos de hacer cosas desde que nos levantamos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No dejamos de hacer cosas desde que nos levantamos. Primero nos llevan a que nos enseñen a hacer surf. Jeremy se cae nada más ponerse de pie en la tabla y yo aguanto dos segundos más. Después hacemos una actividad más adecuada a la edad de Ellie y nos hacemos todos unos collares con motivo marítimo. También comemos helado, pero somos incapaces de acabar el reto.

He pasado una noche horrible, dando vueltas todo el rato sin poder dejar de pensar en Jeremy. ¿Es que ahora toda mi vida se va a resumir a eso? ¿No voy a poder dejar de pensar en él? Hemos pasado toda la vida juntos ¿y tiene que ser ahora cuando nos pase esto? Ya podría haber pasado cuando teníamos quince años. Seguro que nos habríamos dejado las cosas claras y no como ahora, que no somos capaces de decirlo en voz alta.

Para la cena me pongo un vestido de lunares azul que me compré el verano pasado con mi madre. Es la última noche y, a pesar de todo, me lo estoy pasando genial. Ellie está más loca que nunca molestando a sus padres todo el rato por hacerla dormir con ellos. Mis padres están relajados, lo cual les viene bien porque la tienda les estresa mucho.

—Hoy es la fiesta de la luz, ¿iréis? —nos pregunta la madre de Jeremy.

¿Desde cuándo las madres quieren que vayamos a fiestas?

—Seguro que os divertís —anima mi madre, dándome un codazo. Entonces lo comprendo todo. Miro a Jeremy y los dos nos reímos al saber qué está ocurriendo.

—Queréis quedaros a solas, ¿no? —dice mi amigo entre risas y nuestras madres resoplan.

Mi padre se acerca al escuchar nuestra conversación.

—Quiero tomarme unos cuantos mojitos —susurra como si no quisiera que Ellie le escuchara.

—¡Papá! —exclamo espantada, y él se encoge de hombros.

No puedo evitar volverme a reír.

—Podemos pasarnos un rato —contesta Jeremy unos segundos después, y su madre le acaricia la cara como muestra de agradecimiento.

¿Cuándo se han vuelto nuestros padres tan jóvenes? Bebiendo, divirtiéndose... Aunque en parte los entiendo, viven por y para nosotros, para que no nos falte nada. Han hecho este viaje para hacernos felices, pero también para poder tomarse un respiro de sus vidas. Lo mínimo que podemos hacer nosotros es hacerles ese favor.

✄ ✄ ✄ ✄ ✄

—Una piña colada, por favor —le digo al camarero cuando se acerca a nuestra mesa.

—¿Alcohol?

—Nos han dado dinero para algo —respondo encogiéndome de hombros.

—Yo lo mismo.

Necesito relajarme y para eso lo mejor es beber. Aunque sea un poco. No pretendo emborracharme, si no me habría pedido vodka directamente. Eso me mata.

El buzón de los secretos © |COMPLETA|Where stories live. Discover now