Four

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—¡Es que no me lo creo! —escuché a mi hermano de lejos, pero yo seguía media dormida—

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—¡Es que no me lo creo! —escuché a mi hermano de lejos, pero yo seguía media dormida—. A todas partes que voy me los encuentro tan cerca. Vamos Mikey, ¿Cuándo me dirás que mueres por mi hermana?

—Shh, ella está durmiendo. —pude sentir su mano sobre mi oreja.

—¡Pues me importa poco! —gritó.

—Ya, ya, Kenchin. —su tono de voz era suave—. Te lo dije ayer, ¿No? La veo como una hermana.

—Eres un mentiroso.

—Los niños no mienten.

Eso me hizo sonreír y no pude aguantar más el hacerme la dormida y me senté, ordenando mi cabello. Ken me miró.

—Ya chicos, será mejor que volvamos a clases.

—A clases quiere volver. —dijo mi hermano—. Estoy aquí para venir a buscarlos e irnos, las clases ya terminaron.

Miré a Sano con la boca abierta, mientras él rascaba su nuca nervioso.

—Lo siento, Hanabi-chan —sonrió con inocencia—, pero estabas tan tranquila durmiendo que no quise despertarte.

—Debiste. —suspiré—. Da igual, me conseguiré la materia con Rumi, pero Dios mío. Ya vamos mejor.

Tomé mi bolso, ya que Ken me lo había traído y comencé a caminar para dirigirme a la plazoleta en donde Kiyomasa había armado la pelea clandestina con un chico de otro colegio. Tras de mí, Mikey iba balbuceando cosas con mi hermano, hasta que lo sentí sacar algo de su chaqueta, sabía que era uno de sus dorayakis.

—Oye, Hana.

—¿Uh? —miré a mi hermano unos segundos para volver a mirar hacia el frente. Ya podía sentir algunos gritos de hombres alterados por la pelea.

—¿Tienes que pasar a comprar unas cosas después?

—Ah, sí. —ladeé mi cabeza—. ¿Me vas a acompañar?

—Seguro.

—Gracias.

Saqué un dulce que tenía en mi chaleco como hace tres semanas y me lo eché a la boca sujetándolo del palillo. Llegamos al sitio de la pelea, mis ojos divagaron por todos esos rostros de hombres excitados por la escena delante de sus ojos. Observé a Kiyomasa, pero luego mi mirada se vio atraída por el chico más bajo que estaba todo golpeado.

—Oi, Kiyomasa —habló mi hermano de repente—, has arruinado la corona. ¿Seguro de que sí estás trabajando? Después de todo eres el anfitrión.

Bumblebee || Mitsuya TakashiWhere stories live. Discover now