"Contigo no tengo necesidad de medir tu cuerpo porque me encargué de aprenderme de memoria todas y cada una de tus curvas".
❁۪۪ Créditos a Wakui Ken.
❁۪۪ No se permite copia y/o adaptación.
❁۪۪ Créditos a las posibles fotos que podrían aparecer.
Gr...
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Hoy había un festival, pero yo no tenía ganas de ir. Aun así, me vi obligada por Ken, quien había invitado a Emma, pero ahora sentía tanta vergüenza que invitó a Takemicchi, Hina y a mí, como dije antes, me obligó. En realidad me amenazó con no llevarme a pasear en moto nunca más. El muy calvo. Me puse mis botas y bajé por el ascensor para encontrarme a Ken en su moto.
-Pensé que ibas a ponerte un kimono. -me observó de pies a cabeza.
-¿Ah? -me subí atrás-. No gracias, no me gustan los kimonos. Además -piqué sus costillas y él se quejó-, has tenido el atrevimiento de invitar a Emma al festival. ¿Qué me estás ocultando, hermanito? ¿Acaso te gusta la hermana de Mikey?
-¿Q-qué? ¡Claro que no!
Solté una carcajada. Anoche, por una extraña razón, no tuve ninguna pesadilla y pude dormir de lo más bien, pero seguía extrañada con lo que podía suceder hoy, ya que era 3 de Agosto y Moebius junto a Tōman se iban a enfrentar. Estaba ansiosa por lo que podría suceder. Cuando llegamos al festival, Ken me dio una vuelta por todos los puestos para pasar un rato conmigo, así que cuando llegó la hora de reunirnos con Takemicchi, caminamos a la entrada del templo Musashi.
-¡Hola, Takemicchi!
-Hola, Hana-chan. -me sonrió.
-Luego quiero hablar contigo.
-Uh, claro. -dijo nervioso. Yo simplemente lo miré fijamente.
¿Quién era Hanagaki Takemichi?
-¡¡Llegamos, perdón la tardanza!!
-¡Ah, que lindas se ven! -grité, emocionada-. Ahora, yo me voy.
Comencé a caminar, pero Ken me tomó por la cintura y me elevó un poco.
-¡Oye tótem, suéltame!
-Lo prometiste.
-¿Perdón? Me obligaste. -corregí y me solté de su agarre dándole un golpe en su abdomen-. No importa si no me llevas a dar paseos en moto, después de todo puedo pedírselo a cualquier chico de Tōman. -dije y ante la mirada asesina de mi hermano, comencé a correr. Emma soltó una risa-. ¡Suerte, chicos!
Corrí y corrí hasta que me adentré al bosque. Una carcajada abandonó mis labios al saber lo nerviosos que iban a estar Emma y Draken solos. Sabía que a Emma le hacía ilusión pasar una tarde con él, y podría decir lo mismo de Kenchin. Me senté en las escaleras de este lugar vacío del templo en donde generalmente se hacían las reuniones de Tōman y suspiré. Hoy iba a llover, pero no hacía ni frío, pues era normal en un verano aquí en Japón.
Con una rama, comencé a trazar líneas en la tierra. La lluvia comenzó a caer poco a poco hasta que aumentó su intensidad en cosa de segundos. Agradecía estar bajo techo, pero quería irme de aquí porque sabía que no tenía nada más que hacer. Me puse de pie, arreglando mis pantalones anchos que estaban rotos en las rodillas y comencé a caminar con la intención de irme a casa, pero la voz de unos chicos llamó completamente mi atención.
