Twenty-two

3.8K 500 113
                                    

Habían pasado unos días y Kenchin ya estaba en casa conmigo terminando el reposo que las enfermeras le habían mandado a realizar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Habían pasado unos días y Kenchin ya estaba en casa conmigo terminando el reposo que las enfermeras le habían mandado a realizar. Ahora ellos iban a ir a unos baños públicos para relajarse un poco antes de la reunión que iba a haber para nombrar el nuevo capitán de la tercera división. Yo iba a estar presente solamente para saber quién era y listo, pues no me interesaba ir a las reuniones porque me parecían aburridas e innecesarias a que yo estuviese presente.

—¿Segura que no quieres entrar con nosotros? —Mikey me preguntó por décima vez.

—Tonto, te dije que no. ¿Cómo voy a entrar? —alcé una ceja—. Es un baño para hombres, no quiero verles esa cosa colgando a ninguno de ustedes. ¡Mucho menos a mi hermano! —hice una mueca.

—¡Jajajaja! —se carcajeó—. ¡Bien, tú te lo pierdes!

—Mikey. —habló mi hermano con un tono de voz calmado, pero alertante—. Deja en paz a mi hermana.

—Ay Kenchin, cuando ella esté con Mitsuya, esa cosa colgante se volverá en su favo-. —ni alcanzó a terminar porque yo le pegué en todo su abdomen con mi derecha y mi hermano lo mató con la mirada.

—¿Por qué Mitsuya?

—Maldito idiota bocón, ¿No te puedes quedar callado de una maldita vez, rata parlanchina?

—H-Hanabi, me dolió. —seguía medio inclinado acariciando su zona golpeada.

—Adiós, disfruten su asqueroso baño que más parece una orgía de tantos cuerpos desnudos. 

Caminé hacia el templo algo molesta. Sabía que Manjiro no se podía quedar callado por tanto tiempo, así que solo esperaba que no le haya dicho a Mitsuya que él me gustaba. Aunque en realidad no tenía nada de malo el que me gustase alguien, pero era vergonzoso que esa persona se llegara a enterar y te rechazara.

—¡Agh, que molestia!

—¿Yo?

Miré a Smiley—. No, tú no.

—Ah, menos mal. —su sonrisa estaba intacta—. Ya estaba pensando en las cosas que había hecho mal.

—Nada Smiley, nada haces mal. Los espero en el templo, chau.

Me senté en las escaleras observando a todos los chicos que ya estaban esperando por Manjiro para dar inicio a la reunión. La palabra "carisma" que Kisaki me había dicho llegó a mi mente. Era verdad, Mikey tenía el carisma para liderar y mantener contento a un gran número de gente, y eso era admirable.

—¡Hana-san! —el alegre grito de Chifuyu me hizo levantar la mirada de mi celular para sonreírle—. Hana-san, adivine. —se sentó a mi lado. Lucía entusiasmado.

—¿Qué?

—¡Me compré el otro tomo del manga Kimi ni Todoke para que leamos juntos!

—¡¿En serio?! ¡Increíble! Tú solo dime el día, la hora y aparezco ahí.

Bumblebee || Mitsuya TakashiWhere stories live. Discover now