Twenty-seven

3.4K 360 30
                                    

Me encontraba en la azotea mirando fijamente la ciudad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me encontraba en la azotea mirando fijamente la ciudad. Últimamente me sentía más ansiosa, cada cosa que pensaba me causaba nostalgia y mi estómago se apretaba. Era una sensación extraña que hacía que todo mi cuerpo sintiera un cosquilleo. Suspiré y cerré mis ojos para relajarme, pero un grito tras de mí me alertó.

—¡Ah, Hanabi-chan, no te mueras! 

—¡¿Ah?! ¿Quién demonios se va a morir, enano? —me acerqué a él y lo tomé de su oreja—. Además, ¿Qué estás haciendo aquí? —alcé mi ceja.

—Vine a verlos, ¿No puedo? —me golpeó la mano para que lo soltara.

—No, no puedes. Te quiero lejos de mi vista porque ahora somos enemigos.

—¿Seguirás con esa mierda? —Manjiro frunció el ceño.

—Claro, no te quiero ver. Adiós.

—Hanabi... —hizo un puchero, pero yo lo ignoré.

Bajé las escaleras lo más rápido que pude y salí del burdel para caminar un rato. Tenía tanta mierda en mi cabeza que no era capaz de organizar cada cosa que pensaba. Quería ponerle prioridad a mi salud mental, pero lógicamente no podía, ya que aquellas visiones que se hacían repetitivas cada noche me bloqueaban de una manera difícil de explicar. Estaba agotada, pero no me podía rendir tan fácilmente cuando la vida de uno de mis amigos estaba en riesgo y yo lo sabía.

—Hanabi. —me detuve cuando lo escuché tras de mí. Suspiré agotada y pasé las manos por mi cabello antes de meterlas en el bolsillo de mi sudadera. Me di la vuelta y miré a Mikey desde mi altura con el ceño levemente fruncido—. Uy, cuando haces eso luces idéntica a Kenchin. —sonrió, pero a mí no me dio una pizca de gracia.

—¿Qué quieres?

—Ya me estoy aburriendo que me trates de esta forma. Dijiste que confiara en ti, pero todos estos días no me has dado razones para hacerlo. Me has estado evitando hasta en los recreos y ahora fuera de clases también. Pensé que solo podíamos ser enemigos dentro de Tōman.

—Quizás te esté dando un poquito de tu medicina, ¿No recuerdas cuando hiciste algo similar conmigo?

—Tuve mis razones.

—Y yo tengo las mías. —volví a suspirar—. Escucha Manjiro, en estos momentos no tengo ni ganas de verte. 

El rostro de Manjiro pasó de estar calmado a ser uno completamente frío. Se cruzó de brazos y me mantuvo su mirada indiferente. Yo en ningún momento le quité los ojos de encima.

—Bien, no sé qué mierda de juego estás jugando, Hanabi, pero te estoy odiando.

Fingí que esas palabras no me dolieron y me di la vuelta para comenzar a caminar. Podía escuchar la voz enfadada de Mikey llamarme, pero simplemente apresuré el paso y llegué al hogar de Mitsuya. Pensé muy bien si tocar o no, pero en realidad necesitaba un gran abrazo de su parte. 

Bumblebee || Mitsuya TakashiWhere stories live. Discover now