Twenty-eight

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No podía dormir

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No podía dormir. 

Había intentado un par de veces, pero si cerraba mis ojos la pesadilla volvía a repetirse. No me sentía tan nerviosa por estar durmiendo con Mitsuya, pues me sentía cómoda cuando estaba a su lado y más cuando me besaba y no nos sentíamos mal al respecto. Me puse de costado y observé el rostro dormido de Takashi, mis manos acariciaron su cabello y luego se detuvieron en sus labios. Era tan perfecto este hombre que muchas veces me llegaba a preguntar si era real y si alguien como él podía llegar a tener sentimientos por mí.

Negué con la cabeza, no debía estar pensando en esas cosas. Debería Mitsuya sentirse orgulloso de tener una mujer como yo. Sonreí un poco y me salí de su futón para ir a la cocina y prepararme otro té. Era lo único que me podía calmar en estos momentos. Chequeé mi celular y tenía algunas llamadas perdidas de Draken e incluso de Manjiro. Quizás estaba arrepentido de decirme aquello o solo había hablado con mi hermano y lo regañó.

La verdad es que ni quería pensar en él en estos instantes.

Eran las siete de la mañana, así que las niñas y Mitsuya despertaron para poder prepararse para el colegio. El mayor ya estaba vestido y cuando me vio alzó una ceja claramente preocupado. Las niñas me vieron y se alegraron por mi visita, pero Takashi les pidió que fueran a ordenar su cuarto antes de tomar desayuno.

-¿No dormiste nada? -me tomó de las mejillas con suavidad y yo negué-. Hanabi... me preocupas.

-Estaré bien, tengo que hacer de estas visiones parte de mí, sino nunca podré vivir en paz. -le medio sonreí-. Lamentablemente es un problema que solo puedo arreglar yo, y aunque no me entiendas mucho y me creas, al menos agradezco tu respeto por escucharme.

-Te creo porque sé lo mal que lo estás pasando. No soy el único que se dio cuenta del gran cambio que has tenido. Antes eras más risueña y alegre, pero ahora es casi todo lo contrario. Te lo dije, me duele verte así, y si pudiera ayudar en algo, lo haría sin dudarlo y pedir algo a cambio. -me susurró y luego dejó un beso sobre mis labios-. Te quiero, nunca lo olvides.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y lo abracé con suavidad. Dejé un beso en su cuello y me separé de él para sonreírle.

-Te quiero también. -lavé la taza-. Iré a casa para cambiarme de ropa. Nos estaremos viendo.

-Claro, ten cuidado.

Me despedí de él y sus hermanas antes de comenzar con mi travesía hacia el burdel. Seguía sintiéndome extraña, pero sabía que esa sensación no se iba a acabar hasta que todos estén completamente a salvo. Llegué a mi hogar y saludé a Masaway, quien simplemente me dio un asentamiento de cabeza y siguió leyendo el periódico, algo muy típico de él. Subí por el ascensor y cuando llegué a mi habitación, tuve que detenerme cuando escuché la pesada voz de mi hermano tras de mí.

-¿Dónde estabas, Hanabi?

-En la casa de Mitsuya. -me di la vuelta para mirarlo, por su cara no lucía muy contento.

Bumblebee || Mitsuya TakashiOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz