•Chile Revengers• [Tokyo Revengers x Reader]

•Está jarkor•

TELEVISA PRESENTA

El rayito de luz de sol que entraba por el pequeño espacio entre la cortina y la ventana por desgracia logró posarse directamente en tus ojos, un par de voces en el primer piso te alertaron haciéndo que te sentaras de golpe, el brusco movimiento trajo a ti flashazos de lo de anoche junto con un intenso dolor de cabeza.

Por suerte el único vecino que te despertaba temprano por el volumen de la música hoy se encontraba en tu casa.

Espera...

Él no era el único...

Apoyaste las manos a un lado para ponerte de pie aun con los ojos lagañosos y cerrados pasando a llevar a Mikey que aún dormía a tu lado hecho bolita dentro de su saco de dormir.

— Mhh~...— Se quejó.

— Shh shh shh... Sigue durmiendo...— Diste unas palmaditas en su hombro a través del saco.— Uno, dos, tres...— Contaste en voz baja a las personas en la habitación.— Cuatro, cinco... Seis y...— Te alarmaste.— Falta uno...

Tomaste apresurada el teléfono del escritorio para ver la hora, aún era temprano, todos los chicos estaban dormidos como troncos, excepto uno... El más problemático.

Peor aún...
Tu madre aún no salía por su trabajo part time de fin de semana.

Las mismas voces inentendibles aún hacían ecos desde el primer piso haciendo que bajaras a toda velocidad por las escaleras.

— Si tía... Y como le decía, la profe de religión me tiene mala y me dice que me corte el pelo po, y yo le digo "Jesús igual tenia el pelo largo" y me saca de la sala.

El pelinegro estaba tomándose una Powerade con un pan con queso y palta junto a tu mamá, se veían bastante cercanos, después de todo era hijo de la única vecina con la que conversaba desde que se fueron a vivir a ese lugar.

— Entonces... ¿Tú eres amigo de la T/n?...— La mirada de tu madre analizaba cada detalle de Baji, lo estaba probando, puso atención a su vocabulario y lenguaje corporal desde que lo encontró revisando el refrigerador hace una media hora.

— Si tía, no se preocupe, yo se que debe ser difícil ser nueva en un liceo tan peligroso, por eso mis compas y yo la hemos estado cuidando.— Sonrió de manera amable, algo nada normal en él.

— Hola... Buenos días.— Fingiste no haber metido a siete chicos durante la noche sin siquiera avisar, pasando desapercibida, sacando una Powerade también como te habían aconsejado tus amigos anteriormente.