•Si pero no•

809 100 127
                                    

Hacía calor, la habitación no tenía buena ventilación porque las ventanas estaban cerradas, aún no lograbas abrir los ojos después de haber dormido siete horas y un peso en tus piernas no te permitía continuar con tu sueño, te sentaste en la cama ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hacía calor, la habitación no tenía buena ventilación porque las ventanas estaban cerradas, aún no lograbas abrir los ojos después de haber dormido siete horas y un peso en tus piernas no te permitía continuar con tu sueño, te sentaste en la cama para tallar tus parpados y bostezar, al destaparte sentiste como un viento recorría la piel de tu espalda, usaste el vestido de fiesta como pijama y la cama estaba húmeda ya que se habían puesto a jugar en la playa apenas llegaron.

Al voltearte algo desorientada en busca de aquello que te estaba incomodando te encontraste con el rostro cansado del pelinegro con el que habías congeniado esa noche y decidiste escaparte.

Estaba a torso desnudo, con los brazos bajo la almohada pero con una de sus piernas sobre las tuyas en busca de contacto físico, como si de esa manera fuese a alertarse de inmediato si te levantabas antes que él. Te deslizaste lentamente por la sábana que cubría el colchón para darte el tiempo de secar tu ropa sin que te viese, pero fue más rápido, medio dormido jaló de tu brazo acercándote a él, aferrándose a tu cintura mientras respiraba con su aliento cálido muy cerca de tu cuello, provocando un hormigueo dentro de ti, era vergonzoso, querías huir, pero al escuchar su voz ronca de recién amanecido cambiaste de opinión al instante.

— Cinco minutitos más.— Jadeó ligeramente molesto por no poder dormir hasta tarde.

— Ya...— Te limitaste a acceder, no querías corresponder a su abrazo porque su piel estaba empapada en sudor, mezclando el olor a cigarro y desodorante, pero su rostro pacífico y casi angelical te inspiraba ganas de acariciarlo.

Aunque te negaste a la idea con rapidez, podía malinterpretarlo... Solo habían ido a la playa porque querías huir, no para meterte en otro lío aún mas grande...

Al final no pasaron cinco, ni diez, ni veinte minutos... Estuvo abrazándote durante una hora completa, incluso cuando lo veías abrir los ojos parecía mas bien reunir todas sus fuerzas para levantarse de la cama, actuaba como un señor mayor con dolor de espalda por alguna enfermedad crónica, sus grandes, negros y profundos ojos te recordaban a alguien... Alguien en quien no deseabas pensar justo ahora.

Baby Yoda tal vez...

— ¿Podí levantarte?...— Evitó tu mirada a toda costa, se veía avergonzado pero no comprendías su repentino cambio de humor... Él fue quien empezó...

— ¿Qué?... ¿Pa qué?...— Preguntaste insistente, necesitabas explicaciones, hace una hora que querías levantarte y te retuvo, pero ahora estaba casi echándote.

— Puchi no quise sonar pesao.— Rió para sus adentros.— Es que tengo que hacer algo, date la vuelta al menos.

— ¿Ah?...— Estabas confundida.

•Chile Revengers• [Tokyo Revengers x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora