Prólogo.
Izuku y sus compañeros estan ya en segundo año domina el 50% del One For All, él no había hablado demasiado con la pelivioleta, pero después de saber el mismo gusto músical empezaron a pasar más tiempo de caridad, sus compañeros se dan cuen...
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Midoriya Izuku junto a Aizawa Shota se encuentran arriba de un edificio en este momento.
-Así que esa es la base secreta de esos tipos...- comento el pelinegro viendo por unos binoculares.
-Esta en un punto muy transitado de la ciudad, pensé que estarían más escondidos, tal parece que algunos héroes están entrometidos aquí- siguió comentando.
-Es por eso que no los han detenido- dijo el peliverde -Seguramente tienen la protección de los héroes de esta ciudad-
Después de algunas horas de ver los movimientos de los villanos, estos fueron al hotel donde se estarían hospedando.
El peliverde entró a su habitación y se acuesta, estuvieron patrullando todo el día hacia un día que había llegado a América y ya se encontraba exhausto.
Sacó su celular y suspiro al ver la hora, sus ojos ya hacían varias horas que se querían cerrar, el cambio de horario le estaba afectando.
Se tiro a la cama, sentir la comodidad de esta lo relajo mucho más y sin quitarse el traje se quedó dormido.
Hace ya dos días que estaban en América, la despedida fue un tanto dura ya que había dejado a su novia, madre e hija en Japón.
Ese día las tres fueron a despedirlo al aeropuerto, su madre y Eri estaban en llanto, mientras que Kyoka se encontraba triste al no poder tener como apoyo a su novio el día del festival.
Pero además de eso por que serían casi 5 días los que no lo vería, y eso era mucho para ella.
La pelivioleta se encuentra en su cuarto junto a la albina, mientras está esta tocando unas suaves notas con su guitarra, Eri veía esto con una sonrisa.
-Me enseñas?- le dijo la ojirroja con una mirada llena de ternura.
-Quieres aprender?- le pregunto.
-Si por favor Okaa-san-
A la pelivioleta se le formó una sonrisa en el rostro y asiente.
-Está bien... La guitarra no es adecuada para ti ya que es grande... Pero intentaremos... Ven aquí-
La niña con alegría se acerca y se sienta en la cama.
Así la ojivioleta comenzó a enseñarle desde lo más básico.
Eso les ayudo a ambas para distraerse y olvidarse un poco de la ausencia del peliverde.
La noche se llegó para ellas y la albina cayó rendida en la cama por todo lo que había hecho el día de hoy.
En América el peliverde se levanta un poco temprano, se pasa la mano en la cara y ve que tiene su traje aún puesto, se había cansado y no tuvo tiempo para eso.
En la noche harían el golpe, es por eso que descansarian un poco, para estar listos para la noche, suspiro y pidió servicio al cuarto, de su estómago se escuchaban ruidos extraños, pidiéndole alimentos.
