Prólogo.
Izuku y sus compañeros estan ya en segundo año domina el 50% del One For All, él no había hablado demasiado con la pelivioleta, pero después de saber el mismo gusto músical empezaron a pasar más tiempo de caridad, sus compañeros se dan cuen...
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Los días han transcurrido, el comportamiento de la pelivioleta a cambiado un poco, se siente distante del peliverde, este cada vez estaba más preocupado pero no quería armar un drama solo por eso, tal vez la chica necesitaba su espacio y el se lo estaba dando.
Midoriya Izuku se encuentra entrenando en este momento era de mañana, pero hacía algunos días que la pelivioleta no había ido con el a entrenar, fue extraño para el ya que siempre lo hacían juntos.
Suspiro cansado por todo lo que había hecho y se sento, tomó una botella de agua y tomó de ella.
Bajo la cabeza recordando todo lo que había pasado, hace dos días intento regresar con la chica a los dormitorios después de las clases. Pero ella solo lo dejo atrás.
Se levantó y camino hacia los dormitorios, entró y fue directo a la cocina.
Comenzó a cocinar para ella y el. Pero estaba tan metido en sus pensamientos que no se fijo que la comida se quema.
-Midoriya-san- hablo una pelinegra sacando de sus pensamientos y oliendo el olor a quemado.
-Demonios- dijo el chico para apagar la llama.
-Ocurre algo?- preguntó algo preocupada, aun sentía algo por el chico y verlo así era triste para ella, le gusta mucho más verlo con una sonrisa.
-Crees que soy malo?- pregunto este sin más.
-Malo? En que sentido?- pregunto la chica con algo de desconcierto.
-Desde hace varios días Kyoka no me ha hablado, no ha querido entrenar y mucho menos salir conmigo- bajo la mirada.
Eso sorprendió a la chica, le dolía ver al chico así.
-No se... No se si sea correcto decir esto pero, solo deberías darle su espacio ella al final entenderá-
El chico entendió y suspiro.
-Solo me gustaría saber que hice mal- apretó su puño y luego le dio una suave sonrisa a la chica -Gracias Yaoyorozu-san-
La chica asiente con una sonrisa, sin más sale de la cocina directo a la habitación de la chica pelivioleta con una mirada seria.
No quería parecer entrometida pero si las cosas se solucionan con ser así lo haría, hablaba de su mejor amiga y su amigo, además su interés amoroso.
-Kyoka- tocó la puerta, escucho unos pasos y espero a que abrieran.
-Momo... Que haces aquí?- pregunto bostezando.
Sin perder tiempo la chica la empujó para entrar y acorralar la en la pared de la habitación.
-M-momo?- pregunto extrañada.
-Si las cosas siguen así...- hablo con seriedad la ojinegra -Te quitaré a Mid... A Izuku y lo haré mio-
Eso sorprendió a la chica, la cual intento hablar pero no pudo decir nada.