Prólogo.
Izuku y sus compañeros estan ya en segundo año domina el 50% del One For All, él no había hablado demasiado con la pelivioleta, pero después de saber el mismo gusto músical empezaron a pasar más tiempo de caridad, sus compañeros se dan cuen...
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Los rayos del sol comenzaron a incomodar lo, gruñó y lentamente abrió los ojos, su cabeza dolía, sentía su cuerpo débil, su estómago estaba hecho un lío, se levantó y una punzada sintio en su cabeza.
Los efectos del alcohol le estaban pasando factura.
Escucho que la puerta se abrió.
-Que bueno que ya hayas despertado- le hablo una pelivioleta con lentes.
-M-mika-san- se sorprendió de verla -Donde estoy?- preguntó.
-Estás en mi casa- el chico se sorprendió ya que apenas y recordaba algunas cosas después de estar en el bar.
La pelivioleta de lentes comenzó a explicarle que había salido por algunas cosas y a lo lejos había visto su cabellera se acercó y sorpresa, era él. Pero verlo en ese estado no le gustó y lo trajo junto a su esposo.
El peliverde algo avergonzado agradeció.
-Lamento mucho las molestias- hizo una reverencia.
-Tranquilo, tu motocicleta esta afuera, Kyotoku fue por ella-
-Enserió muchas gracias... No tengo como agradecerle- agradeció nuevamente.
-No hay de que... Bueno levántate, te espero en la cocina, prepare una sopa para ti y algunos medicamentos para tu resaca- le brindo una sonrisa y salió de la habitación.
El chico se levantó y bajo a la cocina, un rico aroma invadió su nariz.
-Siéntate, esto es lo que le suelo preparar a mi esposo cuando viene borracho- ríe suavemente.
-Gracias...- ve la sopa -Itadakimasu- probó la sopa y sintió un poco de alivio.
-Disculpa que te deje pero... Tengo algunas cosas que hacer- le dijo mientras ella agarraba un bolso -La medicina esta allí en la mesa... Vengo después- sonríe y sale.
No le dio explicaciones de nada más, solo agradecía internamente por la caridad de la mujer.
Terminó su sopa y agarro la medicina para tomarla.
Suspiro con un poco aliviado y agarro los platos sucios para poder lavarlos.
Entro a la cocina para poder hacerlo, mientras los esta lavando pensó en lo que vio en el reencuentro y suspiro.
No la veía aquí en ningún lado, claro ya tenía familia era de esperarse.
Terminó de lavarlos, le costó un poco por los cortes que tenía en su mano izquierda y se dispuso a secarlos.
Escucho como la puerta se abrió.
-Eso fue rápido Mika-san- dijo el chico mientras estaba secando el plato.
Una pelivioleta con un bebé en brazos entró.
Un estruendo se escucho en la cocina.
-Y-yo... Lo siento- dijo el mientras levantaba los pedazos del plato roto.