⁰⁶| 𝙿𝚛𝚘𝚖𝚎𝚜𝚊

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Desde que empezaron a molestar al azabache, el trato que sus compañeros le tenían, cambió

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Desde que empezaron a molestar al azabache, el trato que sus compañeros le tenían, cambió. 

Ya no se le acercaban mucho, pues se expandían rumores acerca de su persona y aunque trato de librarse hablando con los profesores, nunca hubo una solución.

Con ello, logró escuchar ciertos comentarios cuando sus compañeros se reunían en grupo, hablaban entre susurros sobre él. Dándose cuenta de lo hipócritas que eran y lo poco que les importaba su presencia.

Desbloqueando nuevas inseguridades que se unieron a la lista que ya tenía. No lo mostraba, pero siempre andaba inseguro; solía usar ropa una talla más grande con el propósito de ocultar lo delgado que era su cuerpo, entre otras de sus complejidades estaba la forma de su cabello, las diminutas pecas en su nariz y mejillas, y la coloración de sus ojos que según decían era uno muy poco usual.

Los pensamientos negativos en su mente crecían, ahora ya no era rechazado solo por su familia, también en la escuela. Sólo era un puberto entrando a la etapa de la adolescencia, donde nuevos problemas lo esperaban.

Así fue casi toda su primaria y pensó que dicha situación se mantendría en su totalidad durante la secundaria. Ya en dos meses se llevaría a cabo su promoción y graduación. Además, que conservaba la misma rutina de no sobresalir y no interactuar.

Excepto por ese pequeño grupo, excepto por Miguel. Que aparecieron repentinamente en su vida, cambiando completamente su día a día.

Javier se encontraba descansando sobre su suave y cómoda cama. Hoy fue un largo día en la escuela, entre las tareas y sus amigos. Después de bañarse el sueño lo atrapó. Sus padres estaban ausentes, como siempre. No le tomo mucha importancia y se fue a dormir.

A medianoche, su sueño fue interrumpido por unos golpes en su ventana. Aún adormilado se asomó a esta.

El ver a Miguel en la calle, le termino levantando por completo.

Se cambió rápidamente, y sin hacer ruido bajó hasta la entrada. Sus padres ya habían llegado y aseguraba que estaban en su habitación durmiendo. A veces, agradecía que ellos al dormir, parecían estar en coma literalmente. Ningún ruido los despertaba a menos que fuera demasiado fuerte.

— Buenas buenas Javi.—Susurro el castaño.

— ¿Qué haces aquí? Es muy peligroso salir tan tarde.—Le regaño cruzándose de brazos.

— Quería verte, mis padres todavía regresan a casa mañana por la tarde. No hay nadie en casa y ninguno de los chicos me contesta para acompañarme.—Bufo fingiendo molestia— Tuve que venir solo.

— Siempre tan impulsivo.—Rodo los ojos con una pequeña sonrisa— No importa, ya estás aquí.

— Sip, y ya nos vamos. —Se acercó a tomarle la mano y empezó a caminar.

❒ | ¿𝐔𝐩𝐬? [Mikellino]Where stories live. Discover now