❒ | ¿𝐔𝐩𝐬? [Mikellino]

²⁶| 𝙹𝚊𝚟𝚒𝚎𝚛

Después de aquel incidente, los niños recibieron la regañada de su vida. Al final, prometieron no ser tan impulsivos.

Por otro lado, todo es normal con respecto al embarazo de Javier, sus niños están encantados con tener un hermanito. Porque sí, en una de las tantas citas se pudo tener una idea de que el bebé era niño.

Con ello, rápidamente los mellizos le pusieron un nombre y se notaban más apegados a Javier.

—¡La pancita de papá Javi está cada vez más grande! —habló James.

—¡Sentí algo! —mencionó Mikaela sorprendida, que tenía su mejilla pegada al vientre del azabache.

—Es tu hermanito, al parecer le caes muy bien, mi niña. —sonrió acariciando su cabello— Reacciona rápido cuando estás cerca.

—¡No se vale! —refunfuño el menor— Alex aún no nace y ya tiene a su favorito.

—No le hagas caso Alex, solo está celoso. —le murmuró Mikaela con una pequeña sonrisa.

—No importa si no soy tu favorito. —reponió dejando un libro abierto sobre las piernas del azabache— Te leeré un libro, este es sobre una búsqueda en una isla ¡después de este le siguen muchos más llenos de aventuras! Te leeré cada uno de ellos.

—¿Yo también le puedo leer? —preguntó Mikaela.

—Nop, hoy lo hará su hermano mayor. —dijo en un puchero para comenzar a leer.

Javier y Mikaela se le quedaron mirando, luego intercambiaron miradas, para después sonreír.

James no es fanático de la lectura, eso todos lo saben. Sin embargo, allí estaba leyendo un libro para su hermanito, le mostraba las imágenes y se las explicaba.

Una situación bastante graciosa que contar fue cuando Javier ya con siete meses de embarazo descansaba sobre el sofá entretenido en su celular, y Miguel que observó los alrededores decidió acercarse.

Estaba cansado y quería descansar junto a su pareja mientras lo abrazaba.

No obstante, sus planes se desvanecieron ante la presencia de los mellizos y Willyperro, sí, hasta la mascota se mostraba sobreprotector con Javier.

Los tres son un equipo AntiMiguel.

—¡Que no besos! —repitió James.

—Pero si no iba a besarlo... solo abrazarlo. —se quejó Miguel con los ojos cerrados, bastante cansado.

—Aún así, no tienes permitido acercarte a papá Javi. —habló Mikaela— Ya no más bebés aparte de Alex.

Willyperro, que estaba recostado sobre los pies del azabache, mostró estar de acuerdo con un ladrido.

—¿Willy tu también? —se quejó bastante ofendido.

Javier desinteresado siguió revisando su celular, aunque le estaba divirtiendo la situación.