²⁵| 𝙸𝚗𝚟𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘

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Posteriormente a la gran noticia del embarazo de Javier, sus amigos lo felicitaron y en su trabajo le dieron el permiso para estar ausente hasta que se recupere.

A pesar de los llamados de atención de su familia, Javier tenía que estar haciendo algo en la casa; limpiaba, ordenaba, cocinaba, y volvía a limpiar.

Los síntomas no tardaron en hacerse notar e incluso mostraron ese lado inimaginable de Javier, un ser cariñoso, llorón y dormilón.

—¡Ta-da! Te preparé tu comida favorita. —sonrió Miguel dejando el plato frente a él.

—Mhm~ huele muy bien. —mencionó James.

—Provecho. —continuó Mikaela que comenzó a comer.

Javier solo miró el plato y disimuladamente lo alejó mientras miraba a otro lado.

—¿Qué pasa? ¿No tienes hambre o sabe muy mal? —le miró atento el castaño.

—Es que me da náuseas-... —murmuró apenado— lo siento.

—Oh, no te preocupes, ¿necesitas un vaso con agua?

—No. —suspiró— ya estoy mejor.

—¡Entonces dime que quieres comer y lo conseguiré! —habló decidido.

—Mmmm... que tal... —procedió a mencionar una combinación de comida no apetecible.

Miguel no le cuestionó y se encargó de prepararle su comida. Ya satisfecho, Javier comenzó a bostezar.

No había hecho prácticamente mucho y ya estaba agotado.

—Me iré a dormir...

—Pero si te levantaste para el almuerzo. —alegó Mikaela— Son las dos de la tarde.

—Aún tengo sueño y hace frío... Un buen ambiente para dormir.

—Descansa, amor. —se despidió Miguel, dándole un corto beso.

—¡Hey! ¡Ya tiene un bebé! ¡No más besos! —se quejó James corriendo a separarlos.

Los padres rieron ante el comportamiento del menor.

Un punto a destacar sobre los mellizos, es su pronto regreso a casa

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Un punto a destacar sobre los mellizos, es su pronto regreso a casa. Anteriormente, al salir del colegio pedían un rato más para jugar con sus amigos o incluso solicitaban permiso para irse al hogar de uno.

No obstante, desde que Javier resultó embarazado ellos vuelven temprano y le preguntan cómo se encuentra, en qué pueden ayudarle o si necesita algo.

El azabache pensó que algo malo les pasaba y se estaba preocupado demasiado, hasta que Miguel decidió contarle lo que pasó una vez que fue temprano al recogerlos y escuchó la conversación de los niños.

Sonó el timbre y varios niños salieron al patio esperando a sus padres, allí aparecieron los mellizos, James rodeado de su grupo de amigos que le invitaban a jugar o ver películas. Mientras que Mikaela junto a Adrian eran seguidos por un par de niñas que la invitaban a la castaña a jugar.

❒ | ¿𝐔𝐩𝐬? [Mikellino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora