Pasaron los días, y llegó el domingo. Desde temprano el entusiasmo se evidenciaba en el comportamiento de los niños.
— ¡Papá! ¡Papá! ¡Despierta! —Exclamó alegre James saltando en la cama.
— Ya son las siete. —Mencionó su hermana.
—...¿Y ese milagro que se despiertan tan temprano? —Habló aún contra las cómodas sábanas— El desayuno es a las ocho y medi-
— ¡Lo sé! ¡Pero no podíamos dormir!
— James, deja de saltar o te vas a caer. —Avisó el azabache.
— ¡Estoy bien!
— En tres... dos... uno. —Mencionó Mikaela, colocándose atrás de su hermano.
— AAAAAAAAAAAAAAAAA.
Antes de que Javier se levante asustado por su hijo. La menor respondió:
— ¡Lo atrapé!
— Te lo dije. —Le recriminó su padre.
Después se asearon y los pequeños ayudaron con lo que podían en el desayuno. Mientras Javier terminaba unos documentos de su trabajo, ellos recogieron sus juguetes y ordenaron sus habitaciones. En el almuerzo volvieron a colaborar.
La hora en la que se verían era a las 5.00 de la tarde. No obstante, cincuenta minutos antes ya se estaban bañando y después cambiándose. Javier que terminaba con la limpieza, notó el esfuerzo de sus hijos e hizo lo posible para ayudarles. Alistó a James y batalló con el cabello de Mikaela para hacerle unas trencitas.
— ¡Apúrate, papá! —Le apresuró James, jalando la mano del mayor.
— Ya voy, ya voy. —Terminó de acomodar su cabello y le siguió— ¿Y Mikaela?
— Esta en su habitación. —Cambió de dirección— vamos a verla.
Cuando entraron, la menor estaba sentada en el borde de su cama mirando como balanceaba sus pies. James dijo que le traería algo a su hermana y se fue.
— ¿Qué pasó, cariño? —Se acercó y se agachó a su altura.
— No quiero ir.
— ¿Qué te hizo cambiar de opinión? —Preguntó suave.
— Es que... —Se puso de pie— ¿Y si no somos lo que papá espera? Si no nos quiere...
Javier observó la inseguridad en la mirada de su pequeña y se le encogió el corazón. Acarició su cabello y sonrió.
— Tranquila, ustedes son niños maravillosos, y no sólo lo digo por ser su padre. Hasta sus tíos han reconocido eso ¿verdad?, no dudes de ti cariño, no tienes que demostrar nada a nadie. Tu papá te va a querer tal y como eres.
— ¿Aunque mi letra esté fea? —Balbuceó, jugando con sus manos.
— La de tu hermano está peor y se entiende. —Añadió divertido, escuchando la risa de la menor.
— ¡Que están hablando de mí! —Apareció James.
— No es nada malo, no te preocupes. —Pronunció el azabache— ¿Qué traes allí?
— ¡Son dulces de limón! —Enseñó su mano— Sé que son tus favoritos, ten.
— Gracias. —Mikaela los recibió con un brillo en sus ojos y sonrió.
— ¡De nada! —Le devolvió la sonrisa.
— James, ¿de dónde los sacaste?
— Oh... una vez que salimos con el tío May le pedí si me podía comprar algunos... ¿estuvo mal?
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❒ | ¿𝐔𝐩𝐬? [Mikellino]
Fanfiction|👨👨👧👦| Una cita al pediatra, que ni siquiera era para Javier, le cambiaría toda la vida. Javier lidiaba con mellizos constantemente, sus hijos, que eran el fruto de aquella noche apasionada que compartió con Miguel. Al día siguiente, uno de e...