⁰⁸| 𝙵𝚒𝚎𝚜𝚝𝚊

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- Miguel, ya te dije que no. -Recalcó el azabache.

- Pero Javi... ¡nunca me acompañas a ninguna salida! -Dijo el castaño en un puchero.

- Si te acompaño, mentiroso.

- La graduación, fiesta de promoción y viaje escolar no cuentan. -Enfatizó volviendo a abrazarle- ¡Vamos! te has preparado mucho para tu examen de admisión a pesar de que faltan meses, mereces un descanso.

- Esta bien. -Asintió acariciándole el cabello- ¿De quién es la fiesta?

- Es de una amiga que conocí durante el trabajo de medio tiempo en el supermercado. -Sonrió- Por fin tiene su casa propia y como su familia es de buena economía, hará una inauguración.

- Ajá, seguro invitará a puros jóvenes y como es casa sin supervisión... -Rodó los ojos- Ya me imagino.

- Igual será divertido. -Miguel rio levemente- Anda, que sea nuestra despedida.

- Sólo porque este fin de semana será el último que lo pasaremos juntos...

- Sí... luego te mudarás ¿verdad? -Preguntó, escondiendo su rostro en el cuello del contrario.

- Así es, y como iremos a universidades distintas... ya no nos volveremos a ver. -Mencionó mirando a otro lado, aunque ya habían hablado sobre ello y llegaron a un acuerdo, le seguía incomodando el tema- Por eso, si asisto contigo a la fiesta, luego de eso terminamos.

Miguel solo asintió. Como último día que Javier estaría en aquella ciudad, quería que lo pasaran juntos hasta la noche. Le parecía injusto que una relación de años se terminara solo por un distanciamiento. Aunque no era solo eso. Ambos tomarían rumbos distintos y era poco probable que se volvieran a encontrar.

En los últimos días, ninguno de los dos, mostró actitudes nostálgicas o negativas. Ya habían tenido su momento personal para desahogar esa tristeza e incluso cuando llegaron a un acuerdo, terminaron llorando los dos abrazados.

Aquellas promesas que no se cumplirían, la presencia del otro, las risas, abrazos, caricias, expresiones, detalles. De todo ello, sólo querían recuerdos para atesorar cada que se sientan vacíos.

Al inicio, buscaron otras maneras para mantener su relación a distancia, pero sabían que la Universidad te consume bastante tiempo y sería una pérdida de tiempo distraerse con amoríos, la etapa de adolescencia ya estaba finalizando y la juventud les esperaba. Ellos lo veían de esa manera.

- Sólo... no me olvides.

Aquella pareja disfrutaba cada minuto

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Aquella pareja disfrutaba cada minuto. A pesar de la multitud de jóvenes que inundaba el lugar. Muchos ya eran mayores de edad, así que entre las bebidas había alcohol. Y como estaban sin supervisión. Aparentemente no se mantendría la tranquilidad. Por algo era una fiesta, ¿no?

Al cabo de una hora, el ambiente era similar al de una discoteca. Jóvenes bailando, borrachos, drogándose, todo un descontrol. Excepto por Miguel, quien iba de un lado a otro, probando todos los bocadillos. Mientras Javier le perseguía, el pobre con solo unos vasos de cerveza ya andaba embriagado. Por el contrario, el castaño tenía más resistencia y cuando ya estaba cerca de embriagarse, le daba hambre.

❒ | ¿𝐔𝐩𝐬? [Mikellino]Where stories live. Discover now