Capítulo 10: Una boda Weasley

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Los días anteriores a la boda de George y Angelina habían sido un completo caos en la Madriguera, asemejándose mucho a la boda de Bill y Fleur, solo que sin la parte de la guerra y de que tendrían que alojar a los familiares de la chica en la gran casa, por suerte la familia de Angelina había asegurado que llegarían por traslador el mismo día de la boda, aspecto que facilitaba un poco las cosas en la Madriguera.

La ceremonia estaba a nada de empezar, por lo que todos los invitados se acomodaban en sus asientos y saludaban a los conocidos. Ron desde su puesto junto a Harry pudieron divisar a Bill al lado de George en el altar, este último había designado a su hermano mayor como su padrino de bodas, mientras que Angelina le había pedido a Ginny ser la madrina, por lo que entraría en breve junto con la novia, cosa que tenía al azabache mirando hacía la entrada.

Ron bufó – Parece tu boda, y no la de George.

-Solo quiero verla cuando entre – Aseguró Harry.

-No me quiero imaginar como estarás si llegas a casarte con ella – Dijo el pelirrojo levantando la ceja sugestivamente – ¡Te aseguro que Ginny se tarda una eternidad en arreglarse!

-Pero sé que tu estarás conmigo en el altar para calmarme los nervios ¿verdad? – Respondió el ojiverde sonriéndole de medio lado – Sabes que no escogería a nadie más como mi padrino de bodas.

Ron golpeó el brazo de su mejor amigo levemente – Cálmate, Potter... Te recuerdo que mi hermanita recién cumplió 21 años, todavía pueden esperar un poco más.

Harry levantó la ceja sugestivamente y le habló en voz baja – ¿Tal y como tu lo ibas a hacer? Por lo que recuerdo tenías la misma edad.

El pelirrojo abrió los ojos como platos y miró para todos lados asegurándose de que nadie los hubiese escuchado, mientras que le hacía señas a su mejor amigo para que guardara silencio – ¿Estás loco? ¡Nadie sabe de eso! Y te lo dije a ti porque sabía que no dirías nada.

-Tenía que hacerlo, era me deber como mejor amigo y casi padrino de bodas – Respondió Harry.

Ron suspiró – No tiene caso, de todas formas, solo fue una loca idea... No creo que ella hubiese dicho que sí, éramos muy jóvenes y lo seguimos siendo.

-Tu sabes que yo los hubiese apoyado, al igual que Ginny y creo que todos tus hermanos, y ni hablar de tus padres – Dijo el azabache resoplando – ¿Cómo llevas las cosas con Hermione?

-De mal en peor – Admitió el pelirrojo – No hemos cruzado palabras estos días, al menos que alguno de ustedes esté presente.

-Bueno puedes atribuirlo también a que tu madre nos ha tenido ocupados con diferentes cosas – Trató de animar Harry – De seguro hoy está más relajada ya que solo debemos disfrutar de la fiesta.

-No creo que quiera hablar conmigo – Dijo Ron desanimado – Y tiene razón, ella no me dijo que hacer con mi soltería, lo justo es que no me meta en la de ella.

-Creo que fueron muy bruscos entre ustedes – Opinó el azabache – Se siguen preocupando el uno por el otro.

-Tu conoces a McLaggen – Refutó Ron apretando los puños – Sabes que es un imbécil y que no quiere nada serio con ella.

-Sé que McLaggen no es el mejor partido – Dijo Harry levantando la ceja sugestivamente – Pero hay que reconocer que Cho tampoco es la más estable del mundo.

Ron chasqueó la lengua – Tú sabes que no pasó nada serio con ella, yo mismo te lo dije... Solo estaba tonto y despechado.

-Y te creo, pero por cómo me dijiste que Hermione te habló el otro día, es obvio que ella no lo sabe – Dijo Harry sin percatarse de la presencia de una nueva persona.

Tiempo al tiempoWhere stories live. Discover now