Capítulo 15: Una noche en Sortilegios

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A pesar de que todo fueron risas desde que Hermione le jugó aquella jugarreta con las pastillas vomitivas a Cormac, haciendo que este abandonara el local hecho una furia, solo bastó que ella y Ron se volvieran a quedar solos para que un incómodo silencio se formara entre ellos mientras se miraban. Sin embargo, aquel gesto no duró demasiado ya que el ruido de la conversa de los pocos clientes que quedaban en Sortilegios Weasley a esa hora, interrumpió por completo el cruce de miradas.

Ron se aclaró la garganta y habló – Eso fue una buena jugada... Por poco me voy a los golpes con él, pero me has salvado de una posible demanda.

Ella lo miró apenada – ¿Qué te dijo? No pude escucharlo.

Él tragó grueso y levantó los hombros – No tiene importancia ahora que se ha ido.

-Sé que me lo dijiste – Admitió ella avergonzada mirando a sus pies.

-No, Hermione – Dijo él suavemente – No voy a sacártelo en cara, además te defendiste bastante bien tu sola de ese imbécil.

-Lamento que me haya arrastrado aquí para molestarte – Dijo la castaña mirándolo a los ojos – En serio, creí que solo vería los artículos de broma.

-Que va – Dijo él restándole importancia – Cormac me ha hecho la noche con su idiotez y tú con tu astucia... De todas formas, la noche iba algo aburrida.

Hermione se rio y se removió incómodamente para luego hablarle – Bueno, supongo que así termina esta desastrosa cita... ¿Crees que puedo esperarte a que cierres la tienda y volver a la Madriguera juntos?

Ron torció su expresión – En realidad, voy a pasar la noche en el departamento de George... ¿Alguien te dijo sobre que la Red Flu en la Madriguera estaba en mantenimiento y no podemos utilizarla hasta mañana?

La castaña cerró los ojos enojada consigo misma – Demonios, es cierto... Tu padre me lo dijo esta mañana y lo olvidé por completo, y no puedo aparecerme en la Madriguera... ¿Crees que el autobús noctámbulo me deje cerca de la Madriguera?

-Ni pienses que vas a subir a esa cosa tu sola a esta hora – Dijo Ron seriamente – Estoy seguro de que George no se molestaría si te quedas también.

Hermione sintió sus mejillas colorearse – No, Ron... Eso es mucho abuso, puedo volver en el autobús noctámbulo.

-Mamá y todos en la Madriguera me matarían si te dejo ir sola a esta hora – Refutó él – Créeme, George preferiría mil veces que te quedes en la otra habitación del departamento, de todas formas, yo tenía pensado dormir en la sala.

La chica lo miró un poco confundida, ya que no había razones para que Ron durmiera en la sala teniendo una habitación disponible, sin embargo, por su expresión de tristeza que esbozó solo unos segundos después, entendió perfectamente porque lo hacía.

-Aguarda – Dijo ella volviendo a captar su atención – ¿Te refieres a la habitación de Fred?

-Pues sí – Respondió Ron un tanto desanimado.

-No, Ron – Contestó la castaña – No podría.

-Pues tampoco yo – Admitió él – No he entrado hace años, por eso prefiero dormir en la sala... Puedo hacerte un espacio, pero no te irás sola a la Madriguera hoy si no tenemos Red Flu.

Hermione suspiró pesadamente, sabía que no habría forma de que él cambiara de opinión sobre que se quedara esa noche, aunque en parte tenía razón, ya era tarde y nunca había viajado sola en el autobús noctámbulo tan tarde, y podía imaginarse la reprimenda que le daría la señora Weasley y todos en la Madriguera si se enteraran de que viajo sola a esas horas. Sin embargo, la idea de quedarse con Ron toda la noche sin duda la puso bastante nerviosa, considerando que esa era la primera conversación civilizada que tenían en días.

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