Una Inesperada Melodía - Libro 2

Capitulo 15

Enzo

Tal vez me pase un poco con la bebida, muy pocas veces me refugio en ella cuando algo me atormenta lo suficiente y sin duda el pequeño encuentro con Francia dejó una tempestad en todo mi cuerpo. Por ese no lo pensé y solo estaba en piloto automático cuando llegué al bar, el ambiente estaba como siempre lleno de fiesta y una alegría que no sentía. Y a partir de ese momento solo la quise borrar de mi mente por ese perdí la cuenta de cuantas cervezas o qué tipo de licor empecé a ligar.

Había una chica y estoy seguro que era una de las chicas que siempre busco para desahogarme, otro tipo de adicción que no sabía cómo dejarla. Y mi estúpida rutina, bebida, chica guapa y luego ir a mi departamento a terminar todo, solo que esta vez fue diferente.

Oh si, estaba una chica a mi lado solo que esta es más menuda, huele a jazmín y tiene unos ojos grandes del color de la miel que me miraban con cierta preocupación mientras intenta de muy mala forma ayudarme a entrar a lo que parece ser el edificio donde vivo, no recuerdo como llegue hasta aquí, pero si es obra de Allyson estoy seguro que puede ser un acompañante muy elocuente.

. —Eres muy bonita — solo solté las palabras mientras tocaba uno de sus mechones tan suave como la seda, no estaba diciendo alguna mentira. Si es preciosa, aunque con esa expresión seria en su rostro constantemente no era su mejor ángulo.

—Calla y deja de tocarme — me dio un leve golpe en la mano y procedí hacer un puchero, ella no se ablandaba con nada.

—Tus ojos me recuerdan a la miel, me gusta mucho la miel — Quisiera poder decir que gracias a los efectos de alcohol no estaba razonando mucho y por eso la miraba tanto, como también soltaba ciertos comentarios que no le agradaban.

No tendría por qué estarme ayudando, sé que lo hace por sus tíos, lo ha dejado claro muchas veces al pasar la noche y aunque sea un idiota, no soy lo suficientemente ciego para pasar por alto el disgusto que siente por mí. Cosa que me estaba cansando mucho, esta constante no pelea, porque ni siquiera es que discutíamos, solo me miraba como lo hace ahorita, queriendo deshacerse de mí.

Lo que no entiendo es porque su compañero la dejó sola conmigo, aunque sea un conocido y no sea peligroso, siempre hay que ser precavido. Intento recordar algo del trayecto hasta aquí, pero hay ciertas lagunas y lo detesto.

Aunque estoy agradecido, no me dejó solo a pesar de sus sentimientos hacia mí.

Tal vez la esperanza de una amista entre nosotros no está perdida.

~*~

Determinación

Una palabra que definía muy bien a la castaña rubia. Parecía una fuerza de la naturaleza, pero no me importaba si me sacudía un poco, me agradaba ese tipo de movimiento, aunque fuera aterrador al principio

Intento nuevamente sacarle conversación.

— ¿Te gusta la miel Al? — estamos dentro del ascenso, ella solo mira fijo como cambia de numero anunciando— Al me gusta, te diré Al.

No tarda mucho en responder, sé que lo hace solo cuando la estoy irritando más de la cuenta.

—No me dirás nada, los apodos son muy personales De Luca — escupe mi apellido con su típico odio, incluso me suelta y termino apoyándome contra una de las cuatros paredes que nos rodean y la observo.

No esta vestida de una forma que llame la atención, solo un simple pantalón rotos en las rodillas, camiseta blanca y unos zapatos del mismo color, su cabello suelto y las ondas entre el castaño-rubio danzan entre sí, sus ojos brillan como si tuvieran fuego y eso me hace querer sonreírle. Sé que ella tiene ese carácter explosivo, solo que aún no hace acto de presencia.