Una Inesperada Melodía - Libro 2

Capitulo 5

Enzo

Ajusto la mochila en mis hombros y cruzo por un gran puente, el olor a mar inunda mis fosas nasales y hago una mueca. No soy  fan del mar o cualquier derivado del mismo (lago, río, charquito)  el último recuerdo estando en el mar fue casi morir ahogado.

Lo único malo de que viva por aquí es el viajecito de una hora en el tren, mi culo duele de estar ese tiempo determinado sentado.

Creo que estoy algo irritable, no fue un buen viaje hasta acá y menos cuando tenía a una señora orando por mí, solo por mis perforaciones y tatuajes.

Solo al gran Andrew De Luca le gusta vivir en este tipo de lugares donde lo único que hay son turistas de distintas etnias, muy pocos autos y sin duda nadie que lo reconozca mucho.

Aunque muchos piensen que mi papa posee una personalidad sociable y tranquila, están muy equivocados. Detesta que le digan cómo vivir su vida o los consejos de personas que según el "poseen malas energías"

Diviso la gran casa blanca de tan solo un piso en el medio de un terreno muy amplio que tiene una perfecta vista hacia la bahía. No se parece en nada a la casa que abundan mis recuerdos, pero pareciera que tiene la misma esencia familiar de siempre.

Sonrío, este lugar tiene ese toque de tranquilidad que tanto le gusta.

—Esa sonrisa es la de un hombre que sabe que sus raíces siempre estarán con este vejestorio — su voz es ronca pero fuerte.

—De todas las ciudades elegiste Brighton, ¿Por qué? — pregunto con curiosidad. Mientras lo detallo detenidamente, sigue igual.

Cabello grisáceo, algunas arrugas nuevas, mirada sabia y su típica sonrisa de siempre.

—Me recuerda un poco a mi hogar en Italia, en la noche la cuidad cobra vida y hay música por todos lados — comenta con cierta felicidad — me hace sentir joven Zozo. Ahora no seas maleducado y dale un abrazo a tu viejo.

Me acerco y hago lo que me pide sin poner mucha resistencia, llevaba más de un año sin verlo, desde que decidió vender la casa en donde me había criado en Manchester y empezar desde cero a sus 57 años.

Además yo estaba algo ocupado en Australia con Mackenzie dando clases en la fundación, no me molesto poner algo de distancia, aunque admito que si lo extrañe cada día.

Él es una parte muy vital para mí.

Lo que me tenía realmente preocupado era su decisión, no es tan joven como él quiere hacerle creer a todos y si le hubiese llegado a pasar algo mientras yo estaba lejos eso me destruiría. Sin embargo me aseguro que se cuidaría y hasta ahora lo ha cumplido.

Bueno, es lo que parece.

— È bello vederti, papá— disfruto de ese abrazo, no sabía que lo necesitara tanto— è sapere che sei completo.

— Sono contento di vederti figlio — sonríe — è sono contento che tu mi parli in italiano.

Algo que siempre me gusto hacer con mi papa era hablar en italiano, era en los momentos donde más me sentía conectado con él.

Bueno aún me sigue gustando, es algo que compartimos.

«—Y para tu información, que sufra de un dolor insoportable en la espalda no significa que vaya a morirme Zozo, cálmate un poco hijo, el estrés causa envejecimiento y la idea es que parezca más joven que yo, no más viejo — frunzo ligeramente mi ceño y se ríe — Entremos para que conozcas mi nueva adquisición — pasa uno de sus largos brazos por mis hombros y entramos.