Capítulo 1

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Enzo 


Muevo mis dedos al ritmo de la música del local, es un pequeño restaurante italiano donde sirven unas delicatesen para chuparse los dedos al ritmo del rock de los 90s.

Comida exquisita más buena música son el complemento perfecto para mí. Es algo así como el helado y galletas, la perfección.


—Ya veo porque te gusta este lugar... es muy Enzo — dice observando maravillada las paredes llenas de poster de bandas icónicas.


Los observo con cierto asco, admito que son tiernos sin embargo sobrepasan los límites que abraca esa palabra, a tal punto que me dan ganas de cortarme las venas con una cucharilla de plástico.

Estar con ellos es divertido hasta que empiezan con esas miraditas cómplices que solo las parejas entienden, ahí me siento como Tarzan en china.

Muy perdido.


— La próxima vez que los invite a comer, lo pensare seriamente ­­­— la pelirroja me mira divertida mientras que su acompañante deja de jugar con su cabello — me causan diabetes.

—Compra insulina Batman — dice jocosa mi mejor amiga.


6 meses desde que no veía a la gran interprete Mackenzie Wells.

¿Cómo verla?

Si pasó varios meses de gira con sus recitales de los mejores intérpretes de música clásica, casi que recorrió todos los continentes del mundo mientras que su amado Erick Miller uno de los fotógrafos más solicitados en la actualidad hacia sus exposiciones por Europa, ganándose varios premios y la admiración de muchas personas.

Los admiro realmente porque supieron llevar la situación, por lo que tenía entendido gracias a las charlas nocturnas con Mackenzie era que, aunque no la habían tenido fácil buscaron la manera de poder compartir lo más que se pudiera, eso se debe a que Erick volvió a casa después de estar 3 meses lejos, y Mackenzie tomo un respiro de los recitales.

Yo no estaba preocupado, ellos ya han pasado por muchas cosas; sé que estarán muy bien (ya lo están). No se puede negar el amor que abunda en esa pareja, ambos están en buenas manos.

Lo que a mí me preocupa son los medios, están encima de ellos a cada momento sin embargo se lo toman con mucha tranquilidad, yo ya los hubiese mandado a freír espárragos.

Mackenzie y Erick, son como Angelina y Brat pero claro, juntos y no separados con un montón de hijos.


—Oh no, la insulina está muy costosa, prefiero gastar mi dinero comprando helado — es simple, el helado es el verdadero amor de mi vida lo supe cuando estaba deprimido hace meses — ¿Cuánto tiempo se quedaran en Londres? — Mackenzie se muerde el labio y me da esa miradita que conozco bien — por lo que veo es poco, ¿Cuántos días?

—Solo 3 Batman — dice tranquila pero sus ojos muestran tristeza — Me inscribí en la universidad en Canadá y Erick está muy solicitado también, eso sin dejar las responsabilidades que teníamos en Australia, las vacaciones terminaron pero será muy bueno volver a casa.

Me entristece que mi mejor amiga se vaya nuevamente de mi lado pero por otra parte me alegra. Merece un descanso luego de tanta locura y sé que también desea estar cerca de su padre, Aunque a Benjamín se le ve con calma todavía extraña profundamente a su esposa.

Una Inesperada Melodía - Libro 2Where stories live. Discover now