Capítulo 8

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Allyson 

Cuando mi clase de la historia del cine llega a su fin, salgo corriendo hacia el baño, cuando toca vaciar la vejiga nadie te puede detener. Al salir me encuentro con Tracy que tiene una gran sonrisa en su rostro que puede asustar un poco.

—Hola Tray... ¿te paso algo? — asiente efusivamente mientras entrelaza su brazo con el mío y caminamos hacia la cafetería.

—Hoy me levante, me coloqué mis calcetines favoritos esos de unicornios dorados y me dije a mi misma: mi misma será un buen día, ¡no me equivoqué!—se detiene en medio del pasillo vacío y empieza a dar pequeños saltos, término haciendo lo mismo.

—Sigo sin entender que paso.

—Cuando llegue el rector pidió hablar conmigo y fui, por un momento pensé que me expulsarían ya que la última vez sin querer casi lo mato.

Larga historia, que contiene en su desarrollo gas pimienta y alergia hacia el gas pimienta por parte del rector. Casi muere asfixiado.

—Si vas directo al punto entendería mejor, concéntrate Tray.

—El caso es que me informo... sobre el hecho de que me eligieron para hacer un intercambio, U-n-i-n-t-e-r-c-a-m-b-i-o — deletrea cada letra de manera lenta y graciosa — lo más emocionante de todo es que será en los Estados Unidos y... podré estar presente en un rodaje de una serie, ¡yo estaré viendo como hacen una puta serie! — detenemos los saltos.

— ¡Tú estarás presente viendo como hacen una serie! — Digo mostrando la misma emoción — estoy feliz por ti.

Y así lo sentía, ella se esforzaba muchísimo por lograr su tan anhelado sueño.

—Lo único que lamento es no poder estar acá por seis meses y dejar el trabajo en el bar — mi sonrisa desaparece, no había pensado en ese detalle — ¿Qué pasa?

—Pensé que sería un mes o tal vez dos. No seis meses... ¿te vas a ir así como si nada?

—Pues sí, ya he terminado casi todos los exámenes, la única clase que me falta es la que comparto contigo y la terminare a la distancia, no es tan difícil. Es algo que resolvió la academia.

—No puedo creer que dejes todo tirado aquí — por algún motivo desconocido la emoción que tenia se esfumo y dejo una especie de disgusto.

—Pero... sabes que mi sueño es ser directora — me suelta como si mi solo contacto le quemara — pensé que entenderías mejor que nadie, ¡es una gran oportunidad!

—No dudo que lo sea, pero no conoces ese país... no sabes que te espera. Puedes cambiar de opinión y quedarte allá, dejar tu carrera soñada.

—Esto es increíble... te pones como una lunática y no ves lo importante de todo esto.

—Intento ser realista es todo — intento defender mis patéticas palabras.

—Está bien que lo seas, porque eso es parte de ti... lo único que deseaba era tu apoyo, pero veo que contigo eso es como pedirle a un ciego ver. O sea imposible— sus palabras son fuertes y me siento mal. — nos veremos por ahí.

Me quedo sola en medio del pasillo, entendiendo lo que mi estúpida reacción ha provocado, soy una completa idiota con la única amiga que he conseguido en esta ciudad. La única que soporta lo complicada que puedo llegar a ser.

Reaccionar así fue injusto para ella, claro que estoy feliz... solo que me da miedo pensar que se va tan lejos y luego pierda el norte de su vida o me olvidé, sé que estoy siendo extremista y es aterrador ser así, pero aprendí que si: Esperas lo peor, nada podrá decepcionarte.

Una Inesperada Melodía - Libro 2Where stories live. Discover now