Salir de la rutina

2.3K 163 10
                                    

Thomas volvió a casa y de inmediato quiso saber lo que me pasaba, me excusé diciendo que no me sentía bien del estómago y que no iría a la escuela. No le pareció pero no dijo nada, era mi primera semana y ya faltaría un viernes. Me quedé toda la mañana de ese día tirada en la cama sin hacer nada, ni siquiera pensar, mi mirada estaba atenta a la pared de enfrente, ya había contado más de diez imperfecciones en ella. El timbre de la casa sonó y sin ganas tuve que levantarme para abrir la puerta. Se trataba de Theo, claro. Muy sonriente cargaba en su brazo un pequeño cachorro de Pomerania blanco. No pude evitar sonreír ante la mirada insistente y alegre del cachorro.

-Te traje algo-dijo Theo mientras me lo entregaba,  el pequeño cachorro se acurrucó de inmediato en mis brazos-Su nombre es...no lo sé ¿Qué te gusta? ¿Nieve? ¿Boddy?

-¿Por qué me trajiste un perro?

-Los perros siempre alegran a las personas, no me lo puedes negar, sonreíste al instante en que lo viste

-Bueno si pero

-¡Solo acéptalo!

Me sentí incapaz de decir que no a tan hermoso y adorable obsequio.

-Se llamará Hades

Theo me miró confundido.

-¿Cómo el dios de la muerte?

-El dios del inframundo Theo, y si, como él, me encantó en Hércules

-Suena bien, ¿Por qué no salimos a pasear a Hades un rato?

-Es un cachorro, no creo que le interese

-Si anda, será por aquí, cerca en el  bosque

Lo pensé un rato antes de aceptar, Theo tuvo que esperarme afuera a que me diera un baño y me arreglara.

Salimos a caminar por el bosque, Hades ni siquiera camino pues se quedó dormido a los pocos minutos.

-En mi auto tengo algunas cosas, una pequeña casa, un lugar donde duerma y comida para un mes

-¿Por qué?

-Necesita comer Alice, no es un ser del cosmos

-No me refiero a, ¿Por qué? ¿Por qué haces todo esto?

-¿En serio?

Se detuvo y se puso frente a mí, sus manos se pusieron sobre mis brazos que sostenían al pequeño Hades.

-Alice las cosas que dije antes...sobre cómo me siento hacia ti no son mentira y sé que quizá jamás pase nada entre nosotros pero por lo menos, no me quites la oportunidad de hacerte sentir un poco mejor, sé que soy una piedra en el zapato la mayoría del tiempo-acaricio mi mejilla con sus cálidas manos, sin entender por qué mi piel se erizo y él lo notó dándome una sonrisa torcida en respuesta, pude sentir como mis mejillas se encendían, la situación no me agradaba pero tampoco hacia nada para que terminará-Por favor solo quiero que seas feliz, quiero verte sonreír como lo hacías antes, sé que es difícil, porque la razón de tu sonrisa ya no está-no necesitó decirme a quien se refería para yo saberlo-Pero al menos déjame intentar

Colocó sus manos alrededor de mi espalda y me acercó más a él, a pesar de que mi mente decía que no tenía que estar tan cerca de él, la calidez de sus brazos me hacía sentir realmente bien.

-Creo que no deberías perder tu tiempo intentando-dije al fin

-No pienso que sea así

-Theo...

Él se inclinó solo un poco para dejar su rostro cerca del mío. No podía negar que me ponía nerviosa. Pero ese momento se terminó cuando a lo lejos, detrás de Theo, pude divisar la sombre de una persona de pie entre los árboles. De inmediato lo identifique, era el mismo hombre de la vez anterior. Theo noto mi distracción y se giró para verlo haciendo que el hombre retrocediera unos pasos. Le entregue Hades a Theo y camine hacia él.

Aun no te olvido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora