Ámbar

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-Alice ven con nosotros, necesitamos de tu ayuda para intentar ponerla en calma-me dijo Thomas

Solté la mano de Cedric y camine con ellos hacia la enfermería.

-¿Por qué no la llevamos a un hospital?-pregunté

-Por qué quizá no sea conveniente, no será algo fácil y mucho menos común

-Yo no sé si pueda hacer esto

-Lo harás hija, ayudaremos a Emma a tener a ese bebé y todo saldrá bien

Emma no parecía estar consciente de lo que pasaba, solo gritaba y lloraba, mis intentos por calmarla fueron casi en vano pues si bien los gritos cesaron ella seguía diciendo que le dolía y lloraba inconsolablemente. Thomas se encargaría de recibir al bebé, había dicho que sabía cómo hacerlo así que puse en sus manos la responsabilidad entera. Estábamos solos en la enfermería. Pasaron los minutos y nada nuevo pasó, Emma tenía mi mano derecha sujeta contra su pecho, estaba bañada en lágrimas y sudor. De pronto Thomas comenzó a pedirle a Emma que intentará traer al bebé. Ella con fuerza comenzó a pujar. Sentía que iba a desmayarme, pero me concentre en Emma y el gran esfuerzo que estaba haciendo por traer a la vida a un ser que ni siquiera era suyo. Después de unos instantes Emma se quedó en calma total, seguía respirando pero parecía estar completamente dormida. Mire a Thomas y en sus brazos tenía al pequeño bebé envuelto en una sábana.

-Ella estará bien-me dijo-Lo hizo muy bien, solo esta exhausta

-La bebe, ¿Está bien?

-¿Cómo sabes que es una la y no un él?

-Pues, lo supe por Eso pero ¿Está bien?

Thomas se puso de pie y camino hacia mí, descubrió un poco la sábana y ahí estaba. Era realmente muy hermosa a mi mente vino la imagen de mí en una canasta en ese lago. Ella tenía los ojos muy abiertos, eran color ámbar, muy claro y hermoso, su piel parecía mármol y su cabello castaño.

-En las cosas de Emma hay ropa para ella, ¿Por qué no me haces el favor de llevarla a cambiar?

Sorpresivamente para mí, la pequeña estaba totalmente limpia. Thomas me la entregó, me sentía torpe pues jamás había cargado a un bebé.

-Tenemos que ponerle un nombre-dije

-Ámbar, por sus ojos-dijo Thomas

-¿Eso te parece bien mamá?

Había olvidado que ella estaba como dormida, sin embargo tomó mi mano abrió un poco los ojos y artículo levemente un sí. Después de eso volvió a quedarse inmóvil. Fue extraño, había pensado que ella querría verla y abrazarla después de tenerla pero Emma parecía tan cansada que esa no era una opción. La enfermería tenía dos salidas, sabía que detrás de una estarían todos así que Thomas me dijo que fuera por la otra, de esa manera evitaría tantos comentarios y no asustaría a la pequeña Ámbar. Logre llegar a la habitación de Emma sin problema, coloque a Ámbar en la cama, ella estaba tranquila y aún muy despierta, no lucia como imaginé que luciría un recién nacido. Comencé a buscar la ropa y de inmediato la encontré, elegí un pequeño mameluco blanco, había pañales, seguía sintiéndome muy tonta por no saber cómo poner un pañal, por suerte la bolsa tenía pequeños pasos de cómo hacerlo y lo logre. Ámbar quedó lista en minutos, ella seguía mirándome atentamente, comenzaba a asustarme un poco. Me pregunté qué dones podría tener, claro no lo sabría hasta que ella cumpliera los 17 años. Había dejado la puerta entre abierta y me sobre salte cuando vi a Andrew de pie viéndome.

-Luces muy bien como mamá

-Oh dudo que eso sea verdad, tuve problemas con los pañales hace un momento

Aun no te olvido ©Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu