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Años después...

Ladies.

Kalia.

Los ojos achinados de la extranjera representan el rojo vivo, Olive y Rose le sonríen a la nada y Elle está a en un sillón con una tasa de café en mano. 

Todo se fue al mismísimo váter y lo peor es saber que en menos de una hora debemos estar en la iglesia.

La puerta de mi alcoba ha sido explotada por los golpes de las doncellas de mis amigas intentando ingresar para ayudarlas con su vestimenta y al no tener respuesta han recurrido a la llave maestra: Wanda.

La misma que ahora mismo está haciendo mover la cerradura de la puerta.

Me acerco a la chica de cabello rojizo y de escasas pecas en sus mejillas (Rosemary hija del marqués de Lincoln) ella me sonríe abriendo sus brazos, invitándome a un abrazo.

—Rose, estamos en problemas —alcanzo una cobija y se la paso—, si somos descubiertas puede que nuestra sanción sea muy alta.

— ¡Somos libres! —Grita Olive alzando las manos.

— ¡Como las palomas! —le sigue Rose tirando la cobija a un lado.

— ¡Como orugas recién convertidas en mariposas! —se levanta Nicole y abre sus brazos como los niños pequeños que fingen ser un avión.

— Yo también quiero...

— Wanda, buenos días —saluda Elle.

Nicole, Olive, Rose y yo giramos al mismo tiempo hacia la puerta encontrando a una Wanda muy enojada.

Noche anterior...

Nicole esta acostada boca abajo sobre mi alfombra blanca, Rosemary junto a Olive están buscando lencería en mi vestidor donde solo hay bragas aburridas, Elle está en uno de los sillones de las esquinas leyendo algún libro de la biblia y... yo bueno. Estoy aquí con mi espalda pegada en la puerta sin saber cómo decirles de la mejor manera posible que necesito privacidad.

Mi alcoba es grande de color celeste cálido con dos puertas al lado derecho, la gran cama de sábanas blancas está en el centro sobre ella hay almohadas de color turquesa con filos dorados. La alfombra que esta al pie de la cama que combina con las paredes, los sofás y sillas con tallado, mesitas pequeñas, candelabro de cristal puro que cae desde el techo, un espejo a la esquina con borde borracoso de oro decora mi lugar de descanso. Todo es muy elegante, cálido y representativo a mi personalidad.

Nicole parece no estar bien, por lo tanto, me acerco a ella y me lanzo cayendo de espaldas sobre la suavidad de la alfombra.

—Estoy con ganas de una botella ¿Me acompañas? —me pregunta al sentirme—. Te prometo que será lo mejor.

—No.

—Vamos será solo una..., conocerás la verdadera felicidad.

— ¡Necesitas nueva lencería! —Sale Olive de mi vestidor junto a Rose—. No es por ser mala, pero esa esta asquerosamente horrible.

—Y anticuada —La apoya Nicole.

—Yo creo que es linda —Rose piñizca las costillas de Olive de manera no tan disimulada...

Nicole se gira y se endereza para verlas fijamente.

— ¿Quieren conocer la felicidad?

—¿Nos darás dinero y un nombramiento? —le pregunta Olive y se acercan ambas—. Porque si es eso, me apunto.

AUREKEA. (+18)Where stories live. Discover now