16.

552 29 2
                                    

Necesario, pero no correcto.

Kalia.

Camino lentamente y la pequeña que tiene tomado mi dedo meñique me jala guiándome al frente del escenario.

Las personas que regresaron al ser llamadas por mí me observan con extrañeza y curiosidad, sorbo por mi nariz recordando que tengo que hacer esto por ellos, por mi reino y honra a su fidelidad.

Aunque pueda que no sea suficiente, tendré la constancia de qué lo di todo de mí y no me quedé de brazos cruzados observando como niños inocentes morían por falta de responsabilidad.

—Tienes que hablar —me susurra la niña.

Asiento observando la multitud.

Inspiro hondo y con mi mente serena comienzo a dirigirme a las personas que hace horas atrás les di la espalda.

Me he propuesto ser sincera.

—Soy mujer y mi palabra no sirve ante un señor de más bajo rango que yo, dejaré en claro que no podré hacer nada irreal como decirles que mañana mismo quitare de la pobreza extrema donde viven, porque todos sabemos que aquello sería ilógico, pero si podría ayudarlos a mejorar.

Mi voz ronca es la única que se escucha entre el silencio.

» Nunca me he puesto frente a centenares de personas y he platicado, planeado con ellos, pero hoy intentaré hacerlo con ustedes... Deseo ser parte del progreso de Hintler, porque también deseo un progreso de aprendizaje en mí misma para llegar a mi objetivo que es gobernar —Me concentro en el castaño que nos recibió, el cual está al fondo de todos—. Si ustedes desean Hintler será mi comienzo, no falta recordar que lo más probable, es que cometa errores y por ello pediré comprensión. Seamos un equipo de progreso u como se diga, tan solo quiero que entiendan por mis acciones que a alguien si le importa el bienestar de Hintler y su superación...

Las palmas chocando me callan y la pequeña que está de mi mano salta al ritmo de los aplausos haciendo que baje mi mirada hacia ella.
Sus ojos verdes me reciben ya que recogí su cabello hacia atrás y su sonrisa muestra sus encías.

— Ya trabajé ¿Ahora sí, me darás una moneda? —pregunta robándome una sonrisa—. Papá dice que todo trabajo merece un pago considerado al esfuerzo y yo exijo mi moneda por acompañarte...

Al parecer no es consciente de mi rango, lo que me agrada más, ya que, por segunda vez soy vista como alguien más que una princesa cuando me muestro como tal, la primera vez fue aquella noche en la biblioteca del palacio de Aurekea.

Juan llega a la tarima cuando lo llamo, me comunica que los mayores de Reinan no se encuentran en el reino ya que tuvieron una presentación lejos de aquí y lo menos que pueden es dejar pasar el trabajo.

Me propone ir a un espacio personal al ver que la lluvia empieza truncando todo. Las personas que estaban de audiencia se van a casa luego de que los citemos mañana al mediodía (no he olvidado la reunión con el consejo para hablar de las rebeliones de Winiern).

El hombre animado baja de la tarima reconociendo que la pequeña es su sobrina.

La misma que no deja de cobrarme y por ello tengo que darle uno de mis pendientes, ya que, no tengo dinero...

Aun así, quiere su moneda.

— ¿Sabes lo que cuesta tal arete? —le pregunta el tío quien la carga caminando por las aceras a mi lado—. Millones de monedas, quedarás en deuda con la princesa...

— ¡Quiero mi moneda! —llora la niña.

—Mañana prometo traerte una ¿Vale?

Después de unos minutos más de llanto entiende mi propuesta y se baja del torso de su tío llevándose el pendiente de oro y pequeños diamantes.
No adentramos más al pequeño pueblo, las casas ya están siendo abiertas y vuelvo a retirar todos los malos pensamientos para quedarme con el que ahora importa y es ayudar a estas personas como lo prometí.

AUREKEA. (+18)Where stories live. Discover now