17.

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Kalia.

Me lanzo del lomo del cuadrúpedo y Rose quien bajó de su carroza me sigue, fue un día totalmente largo y el hecho que Olive esté alzando la mano desde el balcón de mi alcoba me confirma que aún no acaba.

—Su alteza —Wanda me intercepta cuando me adentro al palacio.

Hago una reverencia en saludo siendo acompañada por Rose.

— ¿Qué sucede? —le pregunto.

—Su majestad, desea un reporte de las horas fuera del palacio, la actitud que presentó esta mañana no fue del todo tolerable...

—Más tarde se lo entrego personalmente —paso por su lado dejándola con la boca abierta.

Rosemary prefiere no comentar nada y lo agradezco.

Llegamos a mi habitación encontrando a Nicole aún bajo las sábanas, lo que me preocupa.

— ¿Qué le sucedió? —voy a toda carrera a mi cama cuando noto que tiene un paño sobre su frente.

—Ha despertado y vuelta cayó, la fiebre la tiene alta —informa Olive desde el umbral que lleva al balcón.

Al tocar su mano y cuello compruebo que sus palabras son reales.

— ¿Quién la ha revisado? —pregunta Rose sacando su capa para acercarse.

—Nadie, nosotras intentamos calmar la fiebre porque madam Wanda ha impedido el ingreso del doctor cuando le explicamos a quién iba a revisar...

Mis dientes castañean con la explicación de una de las muchachas de limpieza.

—Bien, entonces vayan en busca de más paños y Kalia necesito privacidad.

Rose comienza a bajar el edredón que cubre a la morena.

—Pero...

—Ven, tengo algo que mostrarte.

Olive me lleva al balcón donde no me siento tan cómoda que digamos, sin embargo, el aire que golpea mi cara me da para reconfortarme un poco.

Nos plantamos frente al barandal dejando que el sol del atardecer irradie sobre nosotras.

—Encontré un listado de la prensa que ingresó aquella noche de tu cumpleaños. —Me entrega una carpeta de carton que abro de inmediato—. No hay nada fuera de lo normal...

Reviso cada nombre visualizando que es verdad.

—Solo hay nombre de hombres registrados.

— ¿Estás segura de que fue una mujer? —indaga con su cejo fruncido.

Busco en mis recuerdos y sí, era una mujer la que me habló.

—Sí, ella me acusó de incitar el nudismo, luego me escondí y me preguntó cosas muy feas —mis manos empiezan a temblar—. Pero te juro que era una mujer...

— ¿Y luego de eso?

Su nueva pregunta me hace alzar la mirada.

—Me escribió y yo le respondí —busco en mis recuerdos vanos—. Creo que...

Trato de recordar más, pero ya no puedo.

Niego con mis ojos llenos de lágrimas.

— ¿Y luego...? —insiste.

—No recuerdo —admito soltando un sollozo lleno de decepción de mí misma—. Creo que me dijo algo de un acuerdo donde yo le contaría mi día a día, pero no sé cómo...

AUREKEA. (+18)Where stories live. Discover now