Inicios de los años cincuenta.
Los jóvenes viven al tope de la adrenalina, con las hormonas alborotadas y disfrutando cada día como si fuera el último, pero ella no...
Maylin Jaffe era la chica con los padres judíos, educada para vivir una vida tran...
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Maylin Jaffe podía confirmar en ese preciso momento que se encontraba feliz mientras iba rumbo al centro de la ciudad en el maravilloso y algo viejo Ford Mustang Fastback que pertenecía a Yeonjun.
Él de forma real amaba ese vehículo tanto cómo alguien podría llegar a amar una mascota o una pareja, la muchacha nunca antes llegó a haber visto a nadie amar un auto. Era un modelo mil novecientos sesenta y siete, pero gracias al meticuloso mantenimiento que él chico tenía con el vehículo se podría pensar que era un Ford Mustang nuevo.
Desde que comenzó a ver más constantemente a Choi siempre lo encontraba puliendo, lavando o limpiando su automóvil; incluso alguna vez pudo lograr distinguir como lo llamaba 'querido', vaya, eso era un amor que incluso algunos matrimonios no tenían.
En cuanto a la chica, ella en ese momento se hallaba sentada al lado de Yeonjun en el asiento del copiloto mientras en su regazo tenía una radio, el par escuchaba música folclórica coreana y americana. Yeon había comprado un radio nuevo, pero no lo instalaba todavía en el vehículo. Oía música de intérpretes que yo, obviamente, no conocía, como Kitty Wells, Red Foley y una mujer de apellido Kim, eran viejos artistas que usualmente podría escucharse en la lado de una abuela y que, reemplazaban en el corazón de Maylin a Jhonny Matis, Dion y los Belmont.
一Yeonjun, ¿a dónde se supone vamos? 一ella le observó de manera curiosa al notar el camino por el que las llantas llevaban al automóvil y todo lo que había dentro de éste ya que, no era exactamente el recorrido a la casa de la chica exactamente.
一Te llevaré a comer comida mexicana. 一dijo sencillamente el mayor dándole una mirada al Jaffe alzando un momento sus cejas antes de regresar su vista a el camino.
—Yeonjun 一habló Maylin con tono dramática一, dudo mucho que puedas conseguir comida mexicana aquí, recuerdas que esto es Kansas City ¿cierto? 一sonrió ella por sus ocurrencias volviendo a ponerse recta一. ¿Acaso no has visto este pequeño pueblo? Apenas si puedes conseguir comida decente para tu familia.
El chico que aquel día portaba una camiseta de color negro al igual que su cabello la miró entrecerrando estos como si las exclamaciones de la muchacha fueran un reto.
—Sí se puede conseguir, May. La clave es solo que hay que saber a dónde ir; igual, después de comer te llevaré a jugar billar.
一¿Billar? 一preguntó incrédula mientras acomodaba un poco su cabello. No sabía que existían los salones de billar en la pequeña ciudad.
一Claro que lo haré, chica. Con esas piernas tan largas que tienes estoy seguro de que antes de golpear la primer bola ya estarás a la mitad de la mesa. 一se río, con aquella característica risa a media carcajadas que soltaba cuando se burlaba de algo一. May esas piernas llegarían hasta Montana.
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