Capítulo 18

1K 111 3
                                    

Bajé la vista hacia el rostro de Egan pero me di cuenta que me había acercado tanto que su respiración se mezclaba con la mía. Dejé su oreja lobuna y me acosté de nuevo para alejarme.

- L..Lo siento... - Dije apenada, sonrojada y con la mirada hacia un lado.

Él se mantiene allí pero entonces me agarra el rostro por las mejillas y me hace verlo, abrí los ojos de par en par al sentir el contacto de sus labios contra los míos.

- ¡Mhm! - Estaba sorprendida y paralizada.

Pero el dulzor de sus labios y la forma tentativa con la que los movía me hizo ceder, cerré los ojos y apoyé mi mano en su mejilla para devolverle el beso con intensidad. Encajaban tan perfectamente que me hacía pensar en que estaban hechos el uno para el otro... no quería separarme.

Quería más... quería que este momento fuera eterno... y por la forma en que me besaba, sabía que él pensaba lo mismo que yo.

Su lengua se abre paso y se adentra en mi boca para encontrarse con la mía, yo lo dejé hacerlo, se sentía tan bien... su mano se desliza por mi cuello y baja hasta mi pecho, yo no me molesté. Y entonces sentí como la gema reaccionaba a su toque de nuevo, como si brillara en mi interior.

Lo agarré por la camisa y lo jalé hacia mi para tenerlo más cerca, sentí cuando nuestros cuerpos se pegaron el uno al otro, pero entonces me costaba respirar, nos separamos jadeando y con un pequeño hilo de saliva uniéndonos a ambos, que se rompió cuando él se alejó un poco más.

Ambos sonreímos mientras nos mirábamos, entonces, él acaricia mi mejilla con delicadeza pero se levanta y me tiende la mano.

- Será mejor volver ya... - Dice.

Agarré su mano y él me jaló para ayudarme a levantarme, me toma por la cintura acercándome y sonriendo.

- Si, vamos - Dije apoyando mi mano en su mejilla y dándole un beso en la otra.

Él pareció hipnotizado mientras yo comenzaba a caminar, pero reacciona y se acerca a mi.

Él comienza a caminar y yo me quedé un momento para ver por última vez aquel lugar, vi a las mariposas aún revoloteando juntas pero entonces vuelan hacia mi pasando por mis lados y revoloteando donde Egan quien se los queda viendo sonriendo.

Aquello fue una imagen que espero nunca olvidar, pero en ese momento miré hacia un lado al ver movimiento y de repente sentí la necesidad de ir hacia allí, fue como si mi cuerpo se moviera solo y cuando recobre el sentido no parecía estar cerca de Egan ni el pozo.

- ¿Huh? ¿Egan... ? - Pregunté mirando a todos lados, escuché movimiento al frente así que rápidamente miré allí - ¿Eres tú... ? -

- No confundas al idiota de mi sobrino conmigo, niña... -

Abrí los ojos de par en par cuando un hombre sale de las sombras sonriendo, era casi igual a Sean... cuando lo vi en mis sueños.

- Marcus... - Solté.

- Que halago que el tesoro me conoce... -

Retrocedí y quise correr pero entonces siento que agarra mi muñeca.

- ¡Suéltame! - Dije forcejeando pero aprieta mi muñeca como si fuera a romperla.

Dolía... su gran fuerza dolían...

- Me dijeron que lo tenías tú... - Dijo y acercó su mano libre a mi pecho - ¿Aquí? -

- ¡Déjame! -

Lo pisé con fuerza consiguiendo que me suelte y salí corriendo.

- ¡Egan! - Grité esperando que pudiera oírme, pero entonces escuché un gruñido y al mirar atrás allí estaba Marcus en forma lobuna.

Salta hacia mi obligándome a detenerme, pasa por encima y se da la vuelta hacia mi, volví a correr pero vuelve a aparecer frente a mi y vuelve a su forma humana.

- No me hagas perder mi tiempo, mocosa ¡Y devuélveme el tesoro! -

Saca sus garras y presiona mi pecho enterrándolas, solté un grito de dolor que desgarró mi garganta, sentí como si estuviera jalando la gema pero esta se resistiera.

- ¡Dámela! - Dice gruñiendo pero un gran lobo blanco lo aparta de mi y ruge.

Apoyé mi mano en mi pecho sintiendo como la cubría de la sangre que perdía, sentía dolor y mareos... Pero podía ver como Egan se colocaba frente a mi y Marcus gruñía.

Ellos corren hacia el otro comenzando a pelear tan ferozmente que temía por Egan... pero sabía que Marcus se estaba llevando la peor parte.

Yo recordé lo que dijo Egan en el pozo, levanté una mano extendiendo un dedo, me concentré y entonces pude hacerlo... fue como un rayo de energía que se disparaba de la punta de mi dedo e iba hacia el pecho de Marcus.

Este suelta un alarido de dolor y se aparta, me mira pero parecía adolorido, Egan se acerca a mi de nuevo sin dejar de verlo y gruñir, Marcus decide irse.

EL TESORO DEL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora