Capítulo 26

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Narra Iris

Llegamos a la casa de Hanna, en donde ella estaba frente a una lápida la cual no estaba antes...

- Lo siento... - Dije al estar cerca de ella.

Hanna se levanta y me sonríe, se acerca a mi y apoya su mano en mi frente, rápidamente sentí que mis pocas heridas se curaban y la cadena en mi tobillo se rompió y cayó.

- No te preocupes, tú no fuiste la que la obligaste, así que no tienes la culpa -

Bajé la mirada.

- Llevala a dentro, hoy no estaré en casa, iré a ver a Pilar, debe saber lo que sucede - Dice Hanna.

- ¿Podemos ir contigo? Queremos hacer unas cosas mientras estemos allá - Dice Kyle y Ryo asiente.

- Restauré la barrera que Soraya rompió al venir aquí... estarán a salvo - Dice Hanna mirando hacia Egan quien asiente.

- Está bien, tengan cuidado y avísenme de cualquier cosa que ocurra -

Ellos asienten, Hanna hace un hechizo, igual al que hizo Soraya y entonces los rodea una luz muy brillante y desaparecen.

Egan se queda mirando un momento el lugar donde desaparecieron los chicos pero en eso suena un gran trueno, ambos miramos al cielo pero él se da vuelta y entramos a la casa justo a tiempo antes de que comenzara la lluvia, él sube hasta la habitación y cierra la puerta.

- Hanna trajo algo de ropa que puedes usar, si quieres ducharte antes - Dice dejándome en el suelo.

Yo me estabilice, Egan me sostiene la cintura cuando vio que me tambaleé pero apoyé mi mano en su hombro y le sonreí.

- Gracias Egan... - Dije.

Él asiente y me suelta lentamente, vi una toalla y caminé hacia allí y la agarré para luego ir al baño.

Escuché que Egan salía de la habitación y cerraba la puerta. Me sentía como si me fuera a desfallecer en cualquier momento, ese sentimiento de estar enferma y debilitada... pero no quería preocupar más a los chicos, ya no quiero ser un estorbo como lo estuve siendo desde que me pusieron la gema en mi...

Me metí bajo la ducha luego de haberme quitado la ropa y dejé que el agua caliente relajara mis músculos tensos. El sonido del agua de la ducha opacada casi por completo al de la lluvia torrencial de afuera, pero los truenos aún se escuchaban.

Me sentía frustrada e impotente... por mi culpa habíamos perdido la gema y Soraya había muerto... el entrenamiento que me habían dado no me ha servido de nada hasta ahora.

- ¡Maldición! - Susurré molesta conmigo misma y apretando los dientes y los puños.

Quería ser capaz de hacer algo... pero ¿Qué?

Resoplé y traté de calmarme. Terminé mi ducha y me envolví en la toalla y me puse frente al espejo empañado, pasé mi mano por este pero entonces me pareció ver a Marcus sonriendo con la gema, solté un pequeño grito y me di vuelta pero no había nadie.

Miré a todos lados y resoplé aliviada, no era nada... solo mi mente juntándome una mala pasada. Por ese susto sentí mi cuerpo temblando y mi corazón acelerado, suspiré y miré por la ropa.

- ¿Huh? - Recordé que la vi en la mesa del tocador pero no la agarré... - Seré idiota... -

Salí de la habitación y miré primero que no hubiera nadie, suspiré aliviada, salí y fui al tocador, agarré la ropa pero la puerta se abre rápido.

- ¿Iris, qué suce... ? -

Ambos nos quedamos en silencio, él me miró y yo sentí que mi cuerpo entero se ponía rojo de la vergüenza, sus mejillas se tiñeron del mismo color pero mucho más leve. Entonces apartó la mirada y cerró los ojos.

- Lo siento, creí que te sucedió algo - Dice.

Él se iba a ir pero entonces el brillo de un rayo ilumina la habitación y nuevamente mi mente me hizo creer que Marcus estaba tras Egan, el sonido del trueno hace que vuelva a temblar pero Marcus desaparece, entonces corrí sin pensarlo bien y me pegué a él quien se sorprendió.

- ¿Iris... ? -

- Egan tengo miedo... - Dije sincera.

No solo tenía miedo... estaba aterrada... no quería que algo pase con Marcus teniendo la gema en sus manos... ¿Qué pedirá? ¿Cuánto mal causará? ¿A caso... pedirá que los humanos desaparezcan? ¿O tener el poder absoluto para acabar con cualquiera que se le oponga?

Egan me abraza pero me carga y se adentra a la habitación, cierra la puerta detrás nuestro y me deja en la cama, yo apretaba la toalla contra mi pecho pero mis manos temblaban, él lo nota y apoya su mano sobre la mía.

- Marcus no pedirá un deseo cualquiera... créeme... lo pensará bien antes de hacerlo, solo tiene una oportunidad, y no creo que quiera desperdiciarla - Dice.

- Pero aún así tiene la oportunidad... ¿Por qué dejaste que obtenga la gema? Tuviste que preocuparte más por eso que por mi... yo no valgo tanto como para dejar ir todo - Dice con las lágrimas al borde.

- ¿En serio crees eso? - Asentí sin dudar - Iris... esa gema podrá ser un tesoro para los lobos pero a mi no me interesa, no lo necesito... - Él pega nuestras frentes y suspira - Porque mi mayor tesoro eres tú... tú vales más para mi que lo que valdría esa gema -

- Pero yo soy solo un deseo de un hombre devastado, ni siquiera soy... real... -

Él me mira y sorpresivamente me besa, yo me quedé quieta un momento pero le correspondí, él me besaba intensamente y yo intentaba seguirle el paso, hasta que finalmente se separa por la falta de aire.

- Eso se sintió muy real para mi... -

Solté un sollozo pero él apoya su mano en mi mejilla y me quita la lágrima que se había escapado.

- Te lo dije, no me importa que hayas aparecido en este mundo a causa de un deseo... estás viva, respiras y tienes un corazón que late como el de cualquier criatura, y eso ya te hace especial... eso ya te vuelve mi más grande tesoro... -

EL TESORO DEL LOBOWhere stories live. Discover now