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Capitulo ubicado en sexto año.

Harry Potter.

Al abrir los ojos por la mañana fue inevitable como costumbre alzar mi mano fuera de las cortinas para ver mi dedo anular donde se posaba el anillo Malfoy, destellando bajo el sol.

Bobamente le sonreí al anillo al acordarme que significaba.

-Señor Malfoy Potter.-Ronronee con una voz gruesa dándome la vuelta para abrazar esa mano.-Suena a que me van a tener mucho miedo.-Murmuré para mí riendo en voz bajita mientras que empezaba a restregar mi cara en mi almohada.

Aquella mañana estaba tan feliz que no me importó para nada que al llegar a el comedor me enterara que ya no sobraran más tartas de melaza.

El anillo Malfoy no se podía ver por un glamour simple que ocultaba el anillo de la vista de los demás.

Me gustaba que solo Draco y yo pudiéramos ver el anillo en mi mano, en cierta parte era la única manera en la que yo enserio tenía privacidad.

Al terminar las clases fui a dejar mis cosas a la torre Gryffindor y rápidamente me dirigí a los jardines más solitarios de Hogwarts.

Ahí ya estaba Draco de espaldas, corrí emocionando pensando unos instantes en que tan buena idea sería tumbarlo en el pasto.

Al final únicamente llegué a abrazarlo por la espalda porque especialmente hoy no necesitaba que me mandara por un cuerno.

Draco después de unos largos minutos se dio la vuelta con sus ojos clavados en el pasto.

Entonces saque un hermoso anillo plateado que tenia una roca ovalar negra, tomando la mano de Draco con cuidado deslice en su dedo anular el anillo de mi madre puesto que me parecía justo que si yo tenía el anillo de Draco él debería que tener otro anillo que fuera mío para así ser equitativos.

Sonreí feliz al ver aquel anillo en su dedito largo y pálido.

-Era de mi madre, Siruis me lo dio el año pasado junto con el espejo, me explico que mi madre solía ser muy friolenta y que jamas aceptaba cuando tenia frio porque no quería verse débil, entonces mi padre le regalo ese anillo que cambia de color según la temperatura, así el podría saber cuando ella tenía frío, yo ahora también podre abrazarte cuando sientas frio.-Dijo Harry.

Lleve sus dos manos juntas a mis labios soltando un bufido calentando el anillo que cambió de inmediato a unos tonos lilas indicando que Draco estaba ligeramente frío, arriba del anillo deje un besito cerrando los ojos.

El sorbido ruidoso me hizo abrir mis ojos y voltear a ver a Draco quien tal vez había estado llorando en silencio todo este tiempo.

-Oh.. Dray...-Solté con preocupación mientras que mis manos se enredaban en su espalda para poder abrazarlo con firmeza.

Sabe Merlín cuanto odiaba ser tan pequeño y no poder acunar aquel frágil cuerpo entre mis brazos para así poder hacer sentir a Draco más seguro.

-Harry cuanto lo siento.-Murmuro Draco posando su barbilla arriba de mi cabeza.

Deje caer mi cabeza en su pecho moviéndola con cuidado hacia los lados restregando mi rostro en su aroma embriagante.

No sabia porque Draco estaba pidiendo perdón así que simplemente me dediqué a cerrar los ojos dejando que mis manos le brindaran a su espalda, largas caricias en un intentó calmarlo.

-Estuve planeando la forma en la que tus padres pueden huir, se que la orden del fénix los apoyara por ti...

Con aquellas palabras pude sentir perfectamente como el cuerpo de Draco tembló.

--•◦𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝑬𝒔𝒄𝒂𝒓𝒍𝒂𝒕𝒂 •◦--Where stories live. Discover now