--•Arco III•--

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Draco abrió lentamente los ojos encontrándose con el sol siendo tapado por el perfil de Harry quien distraído miraba hacia la ventana.

Su piel ya estaba cubierta por una playera negra medianamente aguada.

Draco se permitió maravillarse con las hermosas pestañas largas que el sol hacía brillar.

Sin pensarlo en lo absoluto acercó su cuerpo para abrazar a Harry quien de inmediato posó su atención en el rubio.

-Buenos días Draco.-Dijo Harry mientras que se recargaba en la cabecera de la cama con su mano acariciando con devoción la rubia cabellera.

Draco sintió la manera violenta en la que su corazón latió cuando escuchó a Harry decir su nombre con tanta fragilidad que le fue inevitable no apretar más el abrazo entre ambos.

Todo esto era tan perfecto, él y Harry junto con Teddy, no le podía pedir más a la vida.

Se sentía tan feliz de que las cosas le hubieran salido casi como planeó, que con mucha insistencia por su felicidad comenzó a restregar su rostro contra el pecho de Harry para limpiar las tibias lágrimas que comenzaban a bajar de sus mejillas.

Oh dulce, dulce, dulce hogar.

Era lo único que podía pensar Draco cada que su nariz volvía a percibir aquel aroma suave a lavanda que tenía la ropa de Harry.

¿Cómo era posible que pudiera haber vivido sin recordar a qué olía su león favorito todo este tiempo?.

El pecho de Harry vibró ante la ronca risa que el Gryffindor había soltado.

-Al parecer el gatito es otro.-Soltó burlonamente Harry haciendo que Draco alzara su cabeza para mirarlo.-Un gatito blanco, bonito y sonrojado...-Murmuró Harry dándole un toquecito con la punta de su dedo a la nariz sonrosada de Draco.-Apetitoso para comer.-Agregó el azabache curveando la comisura de sus labios en una sonrisa suave y sincera.

Los ojos de Draco dejaron de ver el pequeño dedito en su respingada nariz para voltear a ver la sonrisa de Harry y después sus ojos.

Sus ojos, siempre tan grandes y expresivos, con aquellos delgados y casi imperceptibles líneas color miel, tan asemejados a los rayos del mismo sol colándose por un profundo bosque verde fresco.

Draco contuvo las ganas de lanzarse a Harry mordiendo con fuerza su labio inferior.

Contuvo las ganas de repetirle hasta el cansancio que él era lo que se le diera la gana, con que él fuera de Harry y Harry de él todo le podía importar menos que eso.

Oh dios sabía que si Harry volvía a ver a Draco una vez más con aquella miradita soñadora, el Sytherin lo secuestraría por completo para que el gran salvador del mundo mágico solo lo pudiera ver a él y a Teddy.

Harry extrañado por el comportamiento de Draco parpadeó lentamente mientras que ladeaba su cabeza hacia un lado para poder observar al rubio.

Draco se dijo a sí mismo que al menos lo había intentado.

-¡Draco! .-Exclamó Harry en una media carcajada cayendo a un lado de la cama quedando atrapado por el cuerpo de Draco encima del suyo.

Draco comenzó a besar cada centímetro del rostro de Harry mordiendo suavemente las mejillas de este tentando a aumentar la fuerza para comerse a Harry por el simple hecho de que Harry era tan lindo, tan suave y tan perfecto que no podía controlarse.

Mucho menos habiendo estado tanto tiempo lejos de él.

Harry intentó alejar el cuerpo de Draco gentilmente pero poco había logrado, al final se rindió y cerró los ojos disfrutando de sentir la calidez del cuerpo ajeno.

--•◦𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝑬𝒔𝒄𝒂𝒓𝒍𝒂𝒕𝒂 •◦--Onde histórias criam vida. Descubra agora