Una guerra a todo o nada.- Cap. 20

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-Si tanto piensas que esta guerra que se avecina solo la pueden ganar con tu forma de guerra sangrienta y brutal, ve con ellos los griegos y lucha a su lado con tus "técnicas", defiende Grecia si te consideras mi hijo, si te consideras principe del Olimpo, ve y lucha como uno más, deja a un lado tu divinidad y tu inmortalidad, y así si pierdes con tu método absurdo no solo perderás la batalla junto a los griegos, si no que también perderás tu vida. (Zeus)

-¿Estás diciendo que valla a una guerra sin mi inmortalidad? ¡Acaso me odias tanto como para querer que muera! (Ares)- digo mirándolo fijamente, mientras que mis ojos van cogiendo un color rojizo.
-Si tanto confías en tu forma de luchar no te tendría que importar la muerte ¿no? (Atenea)
-No se trata de si mueres o no, se trata de que comprendas que todavía te comportas como un niño pequeño y tienes que madurar, creo que ir a esa guerra arriesgando tu vida te servirá para madurar y convertirte en un hombre de verdad. (Zeus)
-¿¡Y tu que mierda sabes de si me comporto como un niño o no, ni siquiera me vistes crecer, o te tengo que recordar que fue tue hermano Hades quien me crió por que tu y Hera me repudiasteis a pesar de ser vuestro hijo!?(Ares)

Mi padre se acerca a mi, y me da una bofetada, añadiendo: "te estoy diciendo que luches en esa guerra no como una petición, si no como una orden" después de eso me deja claro de que me tengo que ir a preparar mis armas y mi armadura para luchar en esa dichosa guerra contra los persas, en la cual seré un simple mortal que puede perder la vida fácilmente, así que, solo salgo de la habitación y voy a prepárame, no tengo miedo de mi padre, tengo miedo de mi mismo, estoy tan enfadado que ahora mismo me está costando no arrancarle esa cabeza gorda y fea que tiene, por eso, solo intento desconectar hasta que llegue esa guerra y desahogarme ahí, no dudo de mis habilidades para matar, ni mucho menos para sobrevivir, por eso, ahora solo tengo miedo de mi mismo y de nadie más.

Una semana más tarde~

- ¡Wares! (Afrodita)- entra gritando en mi habitación sin avisar y de golpe.
- Dita, ¿que haces aquí? (Ares)
- ¿Tu que crees?, he escuchado que te vas a esa guerra tan peligrosa y desastrosa que se avecina, y no solo eso, si no que te vas dejando atrás tu inmortalidad. (Afrodita)- dice mientras se acerca lentamente hacia mi posando su hermosa y delicada mano en mi hombro.

Ella tiene razón, me voy, y no se lo había dicho, no sabía como decírselo, como decirle que es el amor de mi vida y que la quiero más que a nada en este mundo, y que no quiero que se case con ese maldito de mi hermano Hefesto, que todo lo malo que nos pasa es culpa del hijo de puta de mi padre, y que si pudiera ahora mismo la llevaría junto a mi a un lugar donde nadie nos encontrará, donde pudiéramos estar solos y tranquilos, centrados en nosotros mismos. Pero no puedo, tengo que enfrentar mi destino, y madurar, desacerme de todas las cosas que me recuerden al pasado, esto es un nuevo punto de partida, para demostrarle a mi padre quien soy, y quien puedo llegar a ser.

- Si, es verdad, ¿y qué si lo es? Te vas a casar con Hefesto de igual manera... (Ares)- digo apartándome lentamente de ella mientras se me parte el corazón. Afrodita se queda callada un momento, mas tarde sale de sala, mientras yo intento convencerme de que esto es lo mejor para ambos, si Hera, mi madre y la de Hefesto, descubre lo nuestro estoy seguro que no se quedará quieta, y que mi madre se enfade puede ser peor que el mismísimo Cronos en luchando contra mi padre y mis tíos.

Media hora más tarde, cuando me dispongo a irme a la batalla, Atenea me para y me dice:
- Esperó que no vulvas, y que si lo haces, que sea muerto y con un mensaje de Hades. (Atenea)- dice estando detrás mio.

Yo sin darme la vuelta le digo:
- Esperó lo mismo. (Ares)- Se crea un silencio incomodo, y cuando veo que no me va ha decir más nada, me voy, aquí empieza lo que puede ser mi perdición, y el camino que me lleve a la muerte.

Ares y Afrodita, un amor prohibidoМесто, где живут истории. Откройте их для себя