Ares y Afrodita, un amor prohibido

¿Sabes con quién estás hablando? - Cap. 4

- ¡¿Cómo se te ocurre hablarme así, es que no sabes con quién estás hablando?! (Ares)
- No, ¡¿cómo se te ocurre a ti intentar matar a un niño?! (?)
- Eso no te incumbe, así que ahora vete antes de que te mate a ti también (Ares)
- ¡No! (?)
- No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando, así que obedéceme y vete (Ares)
- ... (?)
- No se quién te crees que eres, pero no me gusta que nadie se interponga en mi camino...(Ares)

La chica molesta se desplaza hacia la salida, pero antes de eso me pega un patada por detrás de la pierna y aprovechando que me he caído agarra al niño de la mano y ambos salen corriendo, mientras que yo he caído en una piedra, la cual no me ha matado por que soy un dios, pero si llego a ser humano estoy seguro de que estaría muerto, igual de que estoy seguro de que esa piedra no estaba ahí antes, me refiero a que ella la ha puesto hay aposta para que al caer me diera con ella, estoy sorprendido, no creo que supiera que soy un dios, por lo cual, ha puesto la piedra hay sabiendo que lo más seguro sería que hubiera muerto del impacto... Tengo curiosidad por saber quién es la chica de apariencia dulce que no tenía miedo a matar.
Miro mi reloj y veo que ya es hora de volver al Olimpo, por desgracia.

Al pasar la puerta dorada observo que hay mucho alboroto, me pregunto ¿qué pasa aquí?, veo a mi hermana Atenea y me dirijo a preguntarle lo que sucede, probablemente lo sepa, es la diosas de la sabiduría, ella me ayuda a planificar mis estrategias de combate, no es como el fracasado de mi hermano Apolo, el cual es dios del sol, y no hace nada mas que ver visiones estúpidas, pero mi hermana mayor Atenea, es alucinante, por desgracia está casi siempre ocupada, pero, como veo que hoy está aquí, ella tiene que saber a que se debe todo este alboroto.

- Atenea, ¿tu sabes que está pasando? (Ares)
- Hola hermanito, ¿de verdad no lo sabes?, se nota que todavía eres demasiado enano para que padre te lo diga (Atenea)
- Deja de burlarte de mi, sabes que padre lo único para lo que me quiere es para reírse de mi, así que dime que pasa aquí (Ares)
- Vale, pero no te pongas así, aunque padre no lo demuestre estoy segura de que te quiere (Atenea)
- ¿Me lo vas a decir o no? (Ares)
- Si, hay reunión de dioses, mejor dicho de los "DDE" los Dioses De Elite (Atenea)
- ¿Para qué? (Ares)
- Pues no lo sé, la verdad (Atenea)
- Vale, entonces nada, gracias de todas maneras, me alegro de verte Atenea (Ares)
- Disculpa, ¿es usted el dios Ares? (?)
- Si, ¿quien eres tu? (Ares)
- Un simple mensajero, me manda su señor padre (mensajero)
- ¿Y que quiere?
- Que se ponga su traje divino (mensajero)
- ¿Para qué? (Ares)
- Lo lamento, eso no me lo ha dicho (mensajero)
- Está bien, supongo (Ares)