La trampa de Hefesto (parte 1).- Cap. 26

698 50 1
                                    

Ojalá no pase mucho tiempo hasta que la vuelva a ver...

Mi deseo de volver a verla pronto se cumplió, tube que ir dos veces semanalmente a ver como iban los arreglos de Hefesto a la armadura de Hades, y cuando Hefesto volvía a su trabajo, Afrodita y yo hacíamos el amor apasionadamente, y se hacía más intenso sabiendo que lo nuestro estaba prohibido, y que teníamos que huir del sol para que no nadie nos viera amarnos, pero por desgracia parece que estoy maldito, y que no puedo ser feliz, ya que en unos de estos encuentros Helios nos vio.

Para que no nos quedáramos durmiendo hasta que saliera el sol, había encargado a un joven, él cual se ganó mi confianza por ayudarme en la batalla, que nos avisara al salir el sol, ese joven se llamaba Alectrión, y todo iba bien, todos los días me avisaba a tiempo para que ni Helios ni Apolo nos vieran, pero un día este cabrón se quedó dormido y Helios nos pilló, al mal nacido de Helios le faltó tiempo para contárselo a Hefesto...

Hefesto no se lo podía creer, como que su querida esposa Afrodita, a la que le había regalado innumerables joyas de gran valor incluido su preciado cinturón dorado, iba a engañarlo con su hermano, él cual es la oveja negra de la familia... Claro, lo que no se podía imaginar era que cada noche que él pasaba fuera yo le desataba ese preciado cinturón dorado a su querida esposa.

Por ello Hefesto hizo una red muy fina pero fuerte, la cual no se puede apreciar a simple vista, y la colocó en la cama de matrimonio de él y Afrodita, la cual habíamos estrenado ella y yo, y le dijo a su esposa que estaría de viaje y que no volvería hasta dentro de una semana, Afrodita se hizo la dolida, pero en cuanto Hefesto cruzo la puerta me aviso para volvernos a encontrar, yo fui sin pensarlo, y después de hacer el amor hasta estar exhaustos y quedarnos dormidos hasta el amanecer, la red se tensó con la salida del sol, y Afrodita y yo quedamos atrapados, a los pocos minutos vino Hefesto, él cabrón había hecho muy bien la red y nos era imposible escaparnos.

Hefesto avisó a todos los dioses para humillar a Afrodita, pero estaba claro que si los avisaba diciéndoles "he pillado a mi hermosa esposa Afrodita totalmente desnuda en la cama con el dios de la guerra Ares" los dioses no vendrían para burlarse, si no para ver a Afrodita desnuda, y por desgracia así fue.

Ares y Afrodita, un amor prohibidoМесто, где живут истории. Откройте их для себя