❖09.➽ 𝐋𝐚 𝐨𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧 𝐝𝐞 𝐒𝐧𝐚𝐩𝐞.

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El quinto año no fue el mejor para Snape, y tampoco lo sería para ti.

No eras su amiga pero compartían clases y numerosas veces tuviste que trabajar en equipo con él, no obstante, él te agradaba.

Snape no te ponía mucha atención, puesto que toda estaba puesta en Lily, eso hasta que ella decidió terminar su amistad. Le fue imposible pasarte por alto y ahora estaba pegado a ti.

No te molestaba tener nuevos amigos, y él estaba más que encantado cuando lo aceptaste, sin embargo, todo cambió cuando le confesaste estar profundamente enamorada de Remus Lupin. No estaba feliz, evidentemente, fingió estar feliz por ti y por el presunto amor correspondido por parte de Remus.

Enloqueció cuando en clase de Pociones el tema principal era la amortentia. Remus pasó adelante sonrojado, sabiendo que la mayoría, y posiblemente tú, sabrían a quién le pertenecía su corazón. Cuando empezó a olfatear el aroma sujetaste el brazo de Severus con emoción, él sonrió en tu dirección dándote aliento.

Remus expresó perfectamente cada aroma que te caracterizaba, te miró apenado y volvió a su lugar siendo molestado por sus amigos. Con más confianza, tú te alejaste de Severus para dirigirte al caldero de la Amortentia. Dijiste lo que percibías, confundida por el aroma del chocolate y a libros. Sí bien la mayoría era características de Remus, también percibías de Severus, él no lo paso desapercibido, quedando un poco más emocionado.

Ninguno dijo nada al respecto, Remus siguió guardando distancias y Severus se acercó más a ti. Ahora estabas en la mira de James, Sirius y Peter, según ellos "Tenían que conocer al la futura señora Lupin".

Cada día querías más a Remus y cada día Severus tenía más miedo de perderte. Todo sucedió cuando Severus oyó a Remus decirle a sus amigos que se empezaría a acercarse a ti. Desesperado, pasó dos días seguidos metido en su habitación, perfeccionando su poción. Para ese punto, ya no sabía distinguir si lo que hacía era correcto o no, solo le importabas tú.

- Buen día, ____________.- te saludó normalmente, sonreiste y besaste su mejilla como ya habías acostumbrado.

- Hola, Sev. ¿Qué es eso?.- preguntaste señalando una caja adornada, él sonrió para sus adentros y te la extendió.

- Para ti, yo mismo lo hice. Aún está caliente- advirtió, abriste la caja encontrado un pequeño muffin marmoleado.

- Oh, Sev. Esto es...muchas gracias.- dijiste, abrazándolo. Severus esperaba impaciente.

Tú mordiste el muffin, saboreando lentamente, ignoraste el casi imperceptible sabor diferente que percibiste. Al terminarlo, continuaron caminando a sus clases, él se aseguró de mantenerte alejada de los Merodeadores. En cambio tú empezabas a tener ciertos síntomas del muffin.

Severus se percató de ello, abrazaste su brazo al caminar, parecías estar bien, él fue cuidadoso en las medidas para que no parecieras una loca obsesionada con él. Parecías auténticamente enamorada de Severus.

Remus caminaba nervioso hacia ti, llevaba buscándote desde la mañana pero sabía que estabas con Severus, a él no le molestó pues sabía que ambos eran amigos desde antes. Esa forma de pensar cambió en cuanto los vio, Severus caminaba con una sonrisa vencedora, con un brazo alrededor de tus hombros, mientras tú reposabas tu cabeza en el hombro de él sonriendo enamorada.

- __-________, ¿Podemos hablar?- se atrevió a preguntar tímidamente.

- Oh, Remus. ¿Podría ser después? Ahora estoy con Severus y no quisiera alejarme de él.- confesaste sonrojada, Severus ensanchó más su sonrisa, feliz de escucharte decir esas palabras.

- Claro, será después- afirmó, sabía que algo pasaba pero no podía demostrar qué.

Ahora vivías enamorada de Severus, bastó tres días para que todos se enteraran. Severus era feliz, Remus tenía un corazón terriblemente roto, los Merodeadores se percataron, en sus noches, él solía hacerse daño pero mayormente pasaba aullando tristemente hacia la luna. Se paseaba por la Casa de los Gritos decaído. Tú no podías librarte de Severus, él nunca se cansó de tu "amor" y atención, ahora vivías por y para él.

A la vista de todos, tú eras feliz, pero en el fondo sentías que no era real, tenías la sensación de profunda melancolía, cómo si te faltará algo.

Severus sabía que estaba mal lo que hizo y lo que seguía haciendo. Muchas veces llegó a pensar que más que amor, eso era obsesión. La idea de decirte lo que hizo y que lo odies pasó por su mente, aunque también podría simplemente librarte del hechizo y nunca decirte de lo sucedido. Pero siempre a negaba, ¿Quién podría culparlo? Su vida jamás fue ni será fácil ni justa. Prácticamente vivió sin amor, y cuando creyó encontrarlo ella lo dejó. Se enamoró de ti pero tú no lo amabas, la desesperación se apoderó de él, quería amarte libremente y quería ser amado por ti y la única forma que encontró fue la amortentia.

Sabe que le robó la oportunidad a Remus de encontrar el amor, pero solo había una ___________, y él no tenía intenciones de compartirte. Él es feliz ahora, no sabe cuánto durará su farsa, pero la disfrutará mientras dure. Fue egoísta, pero es un egoísta feliz. La obsesión de Severus no fue el deseo de ser amado, la obsesión de Severus fuiste tú.

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