𝔇𝔢𝔰𝔦𝔯𝔢 𝔗𝔬 𝔩𝔬𝔳𝔢 ༻𝔒𝔫𝔢 𝔖𝔥𝔬𝔱𝔰 𝔇𝔢 𝔖𝔢𝔳𝔢𝔯𝔲𝔰 𝔖𝔫𝔞𝔭𝔢༺

❖23.➽ 𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒏𝒂𝒅𝒊𝒆 𝒗𝒆.

Pedido de :Robertdowneyjr234

Volvías a Hogwarts con la única de idea de volverlo a ver, y tal vez reconciliarte con tus amigos, o por lo menos con una parte de ellos.
Neville Longbottom, fue el único que supo de tu enamoramiento con Snape, y sabía que sería el único que te apoyaría.

Sin embargo, no habías agradecido cómo se lo merecía. Te distanciaste de él, por querer invertir tu tiempo en tratar de ganar el amor de Snape, y no te fijaste en sus sentimientos, no eras su única amiga, pero fuiste la primera en animarse a hablarle sin sentir lastima por él, por lo tanto, eras más especial que los demás, y tu desinterés no hizo más que lastimarlo.

Este año pasaste más tiempo con él disculpándote por tu forma de actuar. Durante el viaje, cuestionó muchas veces y muy interesado en saber si algún día aceptarías a otro hombre que no sea Snape, cómo por ejemplo, un amigo, para ser más directos, un mejor amigo, más bien, él.

Sin darte cuenta de sus insinuaciones, lo lastimaste inconscientemente, pero no podemos culparte, en todos tus años en Hogwarts, tus ojos nunca miraron a nadie más que el lindo profesor de pociones, para el que siempre estabas disponible y él no lo aceptaba.

Finalmente, lo volviste a ver, se había mantenido igual o más de lindo cómo siempre, a diferencia que había engordado un poquito, ahora tenía una nueva meta en mente; hundirte en sus brazos y darle un gran abrazo de oso. Aunque primero tengas que conquistarlo.

Dejaste una y miles de notitas a lo largo del año, aprendiendo  a hacer origamis para obsequiarselos. No te importaba cuántas veces él te había rechazado, tú seguias siendo persistente.
Secretamente, guardaba cada regalo que le dabas, mirándolos con adoración cuándo necesitaba un consuelo.
No hace mucho había empezado a corresponderte, anhelando de una forma inhumana tu toque, imaginándo cómo sería acurricarse entre tus brazos, mientras cumplías cada promesa de amor que le habías escrito.

Mientras se permitía imaginarlo, un murciélago se posó en su ventana, con un pequeño trozo de pergamino doblado en forma de corazón doblado alrededor de su collar. Snape lo desenrredo con cuidado, viendo de reojo el patético nombre que le habías puesto al murciélago. Sevy. infantil de tu parte haberlo hecho, pero lo encontraba algo tierno al tratarse de ti.
Observó el corazón, leyendo lentamente "No voy a descansar, solo quiero tenerlo a mi lado. Ruego que mis muestras de afecto le demuestren cuanto lo he esperado". A veces eso solía deprimirlo, si antes no pudo estar con Lily porque ella amaba a alguien más y no estaba de acuerdo con las decisiones de él, ahora no podía estar contigo por ser mayor que tú a pesar de que tú lo aceptaras y amaras con todo y malas decisiones. Muchas veces pensaba que él no estaba destinado a un amor concreto, y tenía que resignarse a amar en secreto.

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A diferencia de lo que mostrabas, amarlo dolía, cada noche, luego de cada intento fallido de cortejo, la realidad te golpeaba con fuerza, recordándote que, a pesar de darlo todo en él, jamás llegaría a corresponderte por proteger su reputación.
Aprovechaste tus habilidades en el origami para hacer un regalo, esta vez para Neville.  Una pequeña rana de papel, fuiste corriendo a entregársela a Nevie, mientras estabas en tu emoción de ver su reacción, pasaste corriendo al lado de Snape, sin siquiera dirigirle una sonrisa o mirada, solo pasando de él como si no existiera, eso lo molestó. Mientras tú no te dabas cuenta, él te seguía, escondiéndose detrás de los pasillos cuando te volteabas.

Al ver a Neville al final del pasillo con su sapo, no dudaste y te abalanzaste a él, rodeando su cuello con tus brazos.
"Mira, te hice una ranita de papel". enseñaste, él se rió un poco pero la tomó entre sus manos, "Ahora Trevor tendrá un amigo nuevo" dijo risueño, sonreíste ante su dulzura y le seguiste la corriente."Por cierto, ¿Sigues enamorada del profesor Snape?", preguntó con timidez, acariciándo la rana de papel, volviste a sonreír al pensar en él, eso bastó para que Neville entendiera, bajó un poco la mirada y cambió de tema, por el bien de ambos.
Pero Snape no había entendido el mensaje y se fue molesto.

¡No podía ser más idiota al pensar que de verdad lo amabas! La ira corría por sus venas, si bien casi nunca perdía la compostura, ahora estaba empezando a enloquecer. Lo celos se quedaban cortos para definir lo que sentía.
Lo que pareció un minuto fue en realidad dos horas, llegaste a su puerta, y entraste sin tocar, como ya había hecho desde hace un tiempo.
"Señor Sn-" fuiste brutalmente interrumpida por su gruesa voz, que transmitía todo menos un sinónimo de amabilidad. "Largo de aquí." dijo, sin tratar de disimular el odio en su voz, estabas más o menos acostumbrada a su tacto por lo que pensaste que estaba actuando normalmente, así que seguiste intentado. "¿Acaso no me ha escuchado? Le dije que se fuera, no quiero volver a verla si no es por motivos académicos. No soporto su presencia y me molesta usted en general. No tengo idea de porque insiste tanto, pero que le quede una cosa clara, yo jamás la voy a amar. " más claro no podía ser, lo miraste durante un minuto,  tratando de ver algún signo de broma, pero él no hacía bromas. Pensaste que él de verdad sentía todo eso, asentiste lentamente y saliste del despacho cabizbaja.

Tardó unos minutos en reaccionar, y para cuando ya lo hizo, tu ya estabas al otro lado del castillo. Meditó, y se convenció de que eso era lo mejor para ti, así él no podría herirte ni arruinar tu vida.

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Ya un mes después, habías cumplido los deseos de Snape, no volviste a buscarlo si no eran por motivos académicos, no volviste a tratar de toparte con él y dejaste de enviarle regalos y notas.
No llorabas, pero Neville sabía que estabas destruida, jamás se separó de ti, brindando su ayuda y su apoyo cuando más lo necesitaste.

Snape no tenía la misma suerte, no tenía a nadie para que lo consolara ni lo apoye, él ahora estaba solo.
No había noche o día en el que no pensara en ti, y aunque a menudo tratara de seguir tu camino para encontrarte pero siempre parecía que tú cambiabas tu rumbo.
Neville había encontrado una oportunidad, y sabía que si lo lograba, él sería el más feliz en Hogwarts, pero también estaba consiente de que había más probabilidades de que fallara.

Sabias de las intenciones de Neville, y sin querer herirlo, decidiste rechazarlo amablemente, pero él no parecía captar la indirecta, no querías ser igual de brusca con él como Snape lo fue contigo. Eventualmente, él entendería, pero mientras tanto, te refugiabas en la torre de astronomía, mirando las estrellas, luchando contra ti misma para no llorar. Habías pensado tantas cosas, como eliminar el día en el que te enamoraste de Snape de  tu mente, pero había un problema, no sabias cuando ni como te habías enamorado, solo sucedió.

"Lo lamento." la voz resonó en toda la torre, te sobresaltaste antes de mirarlo, "creí que lo molestaba y no quería verme" murmuraste con vergüenza.
"no... No lo dije en serio. Es solo que... " guardó silencio unos segundos, buscando las palabras adecuadas, "... No he tenido suerte en el amor, ¿sabes?, solo me he enamorado, más nunca me habian correspondido. Es... Raro y nuevo para mi. La primera mujer que amé, se enamoró de mi enemigo, y la terminé de perder cuando se enteró de que sería un mortífago. Cuándo me enamoré de ti, no podía creer que era mútuo, pero no podía quererte cómo era debido, yo soy un profesor, y si lo nuestro de algún modo se hubiera concretado, habría sido un secreto, no podríamos andar libremente por ahí... Ese día de dije todas esas cosas porque estaba celoso, te había visto con Longbottom y pensé que todo lo que me habías dicho era mentira, y no medí mis palabras."

Ahora ambos guardaron silencio, no eran necesarias las palabras, todo se había aclarado. Sabía lo dura que había sido su vida y el escaso amor que tuvo.
Tomaste su mano con suavidad, y la llevaste a tus labios, besando tiernamente sus nudillos. Te acercaste a él y reposaste tu cabeza en su hombro.

"Ahora yo te amaré, no me importa si solo es detrás de las paredes, y cuándo no hayan testigos, mi vida entera de daré." susurraste.

"Cuando nadie ve." terminó él, inclinándose sobre ti para sellar la promesa de su amor con un beso, el primero de ambos, largo y duradero como su amor.