❖10.➽ 𝑬𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒂.

563 58 1
                                    

Pedido de:1a2a3a4azz


La depresión en la qué vivías desde cuarto año era insoportable, habías perdido a todo ser querido que una vez tuviste, sabías que había sido tu culpa, eras la única responsable de las muerte de tu familia y te encargabas de recordártelo cada día. No podías estar completamente agradecida con Severus, te salvó de morir con ellos pero hubieras preferido que te haya dejado allí. Si bien él no comenzó a ser unido a ti después de eso, se aseguraba de que estuvieras bien después de lo que pasaste.

Preferías andar sola, era mejor así, te convenciste de que así no transmitirías tu malas vibras a los demás. Pero siempre buscabas la compañía de Severus o de Alice para entrar a Pociones, habías acordado que no practicarías pociones pero estudiarías la teoría, Albus fue compresivo y lo aceptó. Severus sabía de tu pasión por las pociones  mucho antes de que el accidente sucediera y siempre te admiró por eso, pero cuando decidiste dejarlo trató de hacerte cambiar de opinión, apreciabas eso e intentaste volver a practicar pero siempre estaba el impulso de miedo y los recuerdos volvían a ti como un relámpago.

Severus se propuso cuidarte, por lo menos hasta que volvieras a ser tú. Eso conllevaba ciertos sacrificios, se alejó de Lucius, Bella y Cissy. Olvidó el ser mortífago y se enfocó en ti.

—¿Lista, ____________?— preguntó con una diminuta sonrisa. Extendió su mano hacía a ti, suspiraste con cansancio y la tomaste.

— Estoy pensando en decirle a Dumbledore que me permita dejar esta clase. Cada día se me hace más difícil, no creo llegar a fin de año sin colapsar.— trató de bromear, Severus apretó tu mano y te impulsó a entrar al aula de pociones.

Básicamente, así eran sus clases de Pociones, e incluso, así llegaban a ser otras clases más simples. A pesar de que todavía no estabas lista para un romance, fue inevitable, ambos pasaban demasiado tiempo juntos. Severus insistió con sus cartas a medianoche y no tuviste más opción que responderlas, así comenzó, te dejaste endulzar con una parte que nadie más había visto de Severus, porque solo actuaba así contigo.

Los años en Hogwarts ya no eran tormentosos, habías vuelto a encontrar la felicidad, se lo habías hecho saber a Severus, no que estabas enamorada de él, sino que él te hacía feliz. Severus no podía seguir así, lo hacías sentir tan especial, se sentían tan indispensable para ti y le gustaba. En el baile de fin de año te invitó a ir con él, obviamente accediste contenta, practicaste numerosas veces con Alice, no querías quedar con él, así que era mejor tomar clases de baile desde temprano.

— No sabes lo feliz que me pone saber que Snape te hace feliz.— comentó Alice mientras arreglaba su vestido. Tú ya estabas lista, solamente la esperabas a ella mientras movías tus pies con impaciencia.

— Esta es mi última oportunidad, Alice. Es muy cliché, lo sé, pero también es muy romántico. Creo que también le gusto, ¿Sabes?. Nunca pensé que algún día estaría así, creo que me arreglé demás, seguro pensará que exageré.

— _____________, él jamás pensaría nada malo de ti. Es un cielo.— exclamó con una sonrisa. Severus se había ganado una buena reputación, al ser uno de los pocos slytherins que no habían elegido el camino de los mortífagos.

Bajaron y se dirigieron al gran Comedor. Severus esperaba allí con sus manos detrás, te acercaste sigilosamente y lo abrazaste pasando tus manos por su torso, él se giró con una sonrisa y correspondió tu abrazo con fuerza.

— Gracias por venir conmigo— sonreiste con un rubor en tus mejillas.

— Gracias por salvarme— sonrió un poco confundido pero lo ignoró llevándote a la pista de la mano.

El baile había comenzado y ya habían parejas en la pista, Severus te jaló hasta llegar al centro. Nada de las prácticas con Alice se comparaba con la realidad, puso sus temblorosas manos en tu cintura y tu las pusiste en su cuello. Temías cometer un error y quedar en vergüenza con él, constantemente bajabas la mirada hacia abajo para no tropezar además para evitar que Severus viera lo avergonzada que estabas.

Parecía que la música iba a acabarse y Severus aprovechó eso y te hizo girar hasta atraparte y pegarte a él, quedaste un poco mareada y aún más cuando él, antes de arrepentirse, te besó. No duró mucho, te asustaste y te alejaste en un impulso, Severus se puso incómodo, sin saber que hacer.

— Pensé que te gustaría.— se justificó rascando su nuca.

— Pues no me avisaste.

— No es del tipo de cosas que se avisan.— ambos permanecieron en silencio, nadie más los veía y eso los tranquilizaba un poco.— Entonces...¿Puedo volverte a besar? esta vez si avisé.

Lo miraste incrédula y con un notorio sonrojo. Reiste y te acercaste a él animada, lo sujetaste por las solapas de su saco y lo acercaste a ti, quedando a pocos centímetros. Severus volvió a abrazar tu cintura, se dieron un beso esquimal antes de que tú decidieras juntar sus labios. 

Lo abrazaste con fuerza, Severus dejó su barbilla en la coronilla de tu cabeza después de besarla.

— Te quiero— murmuró contra ti.

─┈──┈──┈──┈──┈──┈─

Tiraste de flores de diferentes colores, cada uno con un significado diferente para tu futuro, no fue sorpresa que Cissy haya peleado con Alice por el ramo, para al final, tener la mitad cada una. A sus veintiún años decidieron casarse, después del baile de fin de año, Severus había insistido en juntarse más, después de todo, se tenían ustedes mismos. Obviamente tu depresión tardó mucho en alejarse, había dejado marcas, tanto psicológicamente como físicamente. No fue fácil para ninguno cuando intentaste acabar con todo.

No solo tú luchabas cada día y noche contra tu tristeza, también lo hacía Severus. Él te ama, y siempre estuvo y estará para ti, por lo que fue un puñal en su corazón cuando trataste matarte. Lloraste desconsoladamente en otra habitación mientras él trataba de calmarse. Dormiste en el sofá a voluntad propia, pero despertaste con Severus aferrado a ti, te sentiste culpable al ver sus cansados e hinchados ojos.

Te prometiste a ti misma que jamás lo volverías a hacer y jamás lo volviste a hacer, pusiste más empeño y la abrumante oscuridad desaparecía poco a poco con ayuda de Severus. Habías tenido un cambio, uno muy notorio. Frank llegó a ustedes con su pequeño hijo, el que fortaleció su matrimonio. En pocas palabras, Alan era una copia exacta de su padre, hasta con su mismo humor, al parecer.

Sus futuros años de matrimonio fueron excepcionales, Severus todavía temía que algún día recayeras, siempre se mantuvo a tu lado, demostrándote cuánto te ama y lo increíblemente única y especial que eres. Tú estabas segura de que no volverías a aquel pasado, y que la muerte de tu familia fue debido a un accidente, nadie tenía la culpa, nunca podrías haber sabido que la poción explotaría gravemente y que se extendería. 

Ahora tenías tu propia familia con Severus, él se sentía completo y pleno. Aseguraba ser el hombre más feliz, tenía todo lo que deseaba; una hermosa esposa que lo ama sin dudar, un hijo que prometía ser uno de sus grandes orgullos. No podía pedir más.

Ambos se complementaban, Severus te salvó en todas las formas en las que se puede salvar al alguien, te salvó la vida varias veces, y aunque él no estuviera enterado, le debías todo lo que eras, lo que fuiste y lo que serías. A su vez, tú lo salvaste a él; de un futuro mediocre e infeliz, lo alejaste de ser mortífago y lo hiciste plenamente feliz. Era más que suficiente para ustedes.

𝔇𝔢𝔰𝔦𝔯𝔢 𝔗𝔬 𝔩𝔬𝔳𝔢 ༻𝔒𝔫𝔢 𝔖𝔥𝔬𝔱𝔰 𝔇𝔢 𝔖𝔢𝔳𝔢𝔯𝔲𝔰 𝔖𝔫𝔞𝔭𝔢༺Where stories live. Discover now