Capítulo 6: Amores prohibidos

1.4K 465 26
                                    

El teléfono comenzó a sonar incesante por cuarta vez. Con un leve temblor en su muñeca derecha donde una fina tela de algodón le envolvía y presionaba la herida, aceptó la llamada.

—¡Lauri! ¡Lauri! ¿¡Qué sucede!? —gritó una voz al otro lado.

Aunque el dolor ya había disminuido de manera considerable la sensación que seguía después de realizarse las heridas era como si su cuerpo dejara de funcionar.

Sabía que era normal cuando había abundante pérdida de sangre porque en los primeros episodios cuando apenas tenía trece años, por poco perdía la vida.

En aquella ocasión el corte había sido más profundo y la sangre salió en mayor cantidad. Por tanto, sintió como su cabeza daba vueltas en un horizonte que se le hacía más lejano y posteriormente, se desmayó.

Claro que al desvanecerse como pudo trató de retomar el control de un cuerpo que casi no le pertenecía y entonces Melissa que no se le escapaba nada acudió rapidamente a su encuentro.

Su mundo dió vueltas y vueltas y sintió que la habitación se encogía dejándola sin aire en un espacio oscuro y temible. Para su gratitud, ella supo auxiliarla y al cabo de media hora había vuelto en sí.

Le había prometido por supuesto que no lo volvería hacer. Pero entonces, como las palabras vacías de un alma inestable, volvió a ocurrir. Y a ocurrir... Y a ocurrir...

Perfeccionó la técnica y comprendió que no debía realizar un corte más allá de la fina capa de piel de su muñeca donde las cicatrices se interponían como líneas blanquecinas y donde la sensibilidad se había reducido hacía muchos años atrás.

—¡Lauri, contestame! —exigió nuevamente la voz.

Ella volvió a la dura realidad y entonces trató de tomar el rumbo de sus pensamientos.

—Estoy bien, no te preocupes...

Hubo un sonido de rechazo al otro lado de la línea.

—No te creo, te conozco muy bien.

Lauri no pudo evitar sonreír con tristeza. La vida le había enseñado, que no debía confiar en nadie y que las personas no tenían buenas intenciones. Sin embargo, desde un tiempo para acá al parecer lo que ella afirmaba como un mantra, no era del todo cierto.

—Te amo, Lauri. Quiero que lo sepas. Te amo.

Sus ojos se anegaron en lágrimas pero ésta vez no sentía tristeza. Era la sensación de sentirse comprendida. De sentirse querida. Aún cuando no estuviera permitido sentirse así.

No en aquel mundo.

—Yo también te amo, Carla —susurró y entonces comenzó a llorar.

Secretos de una ninfómana 🔞 (Completo)✅ (En físico) 😍Where stories live. Discover now