Capítulo 7: Caos

1.2K 445 24
                                    

Cuando el ascensor se abrió en la segunda planta, Antonio Flores ya tenía dos minutos de retraso para la operación acordada. Vislumbró su walkie talkie pero la señal estaba cortada para evitar sospechas y no tener errores antes una posible improvisación.

Había llegado el momento. No había vuelta atrás.

Caminó despacio por el corredor y cruzó a la izquierda, dónde distintos cubículos se enfilaban hasta terminar en la acristalada estancia de la sala de reuniones, dónde el objetivo se hallaba en aquel instante.

Observando de manera disimulada la cámara de seguridad que en lo alto de la pared recorría el entorno con su movimiento mecánico (aquello también lo habían practicado y sus años de experiencia les decían que siempre habían cabos sueltos), detuvo la marcha y se dirigió al baño de visitantes de aquella planta.

Aguardó unos segundos, comprobó que nadie estuviera cerca y se introdujo en el baño de mujeres. Una vez dentro, cerró la puerta y puso el pestillo.
Sintió como había movimiento detrás de él.

—Nos tenías preocupado —reclamó una voz masculina.

Antonio giró y observó dos figuras vestidas totalmente de negro con pasamontañas que le cubrían el rostro. En su mano, una larga arma del mismo color de su ropa apuntaba al piso embaldosado. Cerca del individuo, otra figura vestida de la misma forma sostenía los hombros de una mujer cuya cabellera sobresalía de una tela oscura que le habían colocado sobre la cabeza. Ésta gimoteaba, agazapada sobre sí misma y sus manos estaban extendidas hacia el frente dónde una cinta adhesiva le cubría alrededor, dejándola prisionera y sin escape alguno.

Antonio asintió al ver la escena. El agresor que sostenía a la chica tomó el carnet de su propiedad que le guindaba del chaleco y en silencio, se miraron inexpresivos.

El otro hombre, que sostenía el arma dio unos pasos y la levantó al mismo tiempo que la colocaba sobre el rostro oculto de la mujer. Ésta al sentir el elemento sólido se estremeció de pavor.

—No hagas o digas nada, y saldrás con vida —amenazó.

El sollozo era inminente. El hombre hizo ahínco con el proyectil y ella, temerosa, asintió.

Entonces todos, incluido Antonio, salieron del baño y cada quien tomó su rumbo. Una vez en el corredor los dos desconocidos cruzaron al otro lado mientras Antonio se dirigía nuevamente al ascensor como si nada. La cámara de seguridad seguía su trayecto, y para tal cosa la escena nunca existió.

Antes de que se cerraran las puertas automáticas, escuchó varias detonaciones...

El caos ya había comenzado. 

Secretos de una ninfómana 🔞 (Completo)✅ (En físico) 😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora