Capitulo 27

40 1 0
                                    

"Se acabó"

Habían pasado ya varios días del cumpleaños de mi padre. No he visto a Nate desde ese día debido a que me dijo que estaba ocupado con algunos asuntos personales pero que pronto nos volveríamos a ver.

No me molesto su ausencia debido a que aún seguía sin asimilar lo que paso ese día y lo único que trate fue ignorarlo pero eso sería el fin debido a que hoy volveríamos al instituto para cumplir con nuestros últimos días.

Paso a buscar a Alice por su casa y pasamos por un Starbucks cerca por nuestros cafés del día. Estaciono en el estacionamiento del instituto y ambas bajamos del auto. Alice me platica que no regresara conmigo debido a que debe entrenar con las porristas y yo le cuento mis nervios por la beca de la escuela de arte.

Llego a mi casillero y me separo de Alice. Dejo todo lo que no necesito y saco mis libros de ciencias para la clase de hoy. Camino por los pasillos rodeada de alumnos que van apurados a sus clases.

A lo lejos veo que el grupo de mi hermano va entrando así que me apuro para entrar a mi clase. Esta no la comparto ni con Finn ni Alice así que decido sentarme en los asientos de atrás. Pero el pequeño detalle fue que no había visto que Niccolo estaba aquí sentado.

Trato de ignorarlo cuando el profesor entra y comienza a dar la clase. Tomo apuntes de lo más importantes y siento como el comienza a hablar:

— ¿Perdonaste a tu noviecito? —me pregunta.

Lo veo pero no le contesto. Sigo tomando apuntes pero siento su mirada sobre mí.

— Deja de molestarme —le digo ya enojada.

— Venga no te enojes conmigo —me dice y lo miro mal—, solíamos ser amigos y aún recuerdo como besabas.

— Pensé que eras una persona diferente —lo enfrento—. Pero en realidad no me equivoque y eres un idiota.

— Todo lo que te dije era verdad —me contesta—, solo que esquive el temita de las carreras.

Ruedo mis ojos y me concentro nuevamente en la clase pero como era de esperar él no se queda callado.

>> — Deséale mis felicitaciones a tu noviecito —me dice y lo miro confundida—. De seguro le costó muy caro lograrlo.

El timbre suena anunciando que la clase finalizo. Nico me da una sonrisa y se va de la clase sin mirar atrás. Me quedo unos segundos de más sentada y salgo a la cafetería con mil dudas resonando en mi cabeza.

Me siento lejos de los chicos junto a Finn y Alice en una mesa apartada. Cuando me preguntaron por mi cambio repentino de lugar solo les conteste que necesitaba estar alejada por unos minutos y ellos asintieron poco convencidos.

Veo a Nate sentado en la mesa que nos sentábamos siempre platicando animadamente entre risas con sus amigos. El parece despreocupado como si nada le pasara y por el otro lado estaba yo.

El encuentra mi mirada y desvanece su sonrisa la ver mi rostro. Me da una sonrisa forzada y yo aparto la mirada rápidamente levantándome de la mesa para huir de ahí.

Camino rápidamente por los pasillos buscando el cuarto de baño para poder lavar mi rostro. Mi respiración es incontrolable y debo sostenerme del lavado para no caerme. Mojo reiteradas veces mi rostro para tranquilizarme y cuando salgo del baño me encuentro con Nate parado afuera.

— Hola rubia —me saluda y se inclina con intención de besarme pero me aparto—. ¿Qué sucede Jones?

— Porque me mentiste la otra noche en el cumpleaños de mi padre —le respondo sin dudarlo.

— Te dije que mi madre me necesi...

— Te escuche Nate —lo acorto—. Escuche como le decías a mi hermano que me mentirías para que no me enterara que ibas a hacer.

Él se queda con la boca abierta como si no supiera que decir y yo paso las manos por mi cabello tratando de arreglarlo. Tomo aire y vuelvo a hablar.

>> ­— Dime que no hiciste algo malo Nate —le ordeno y el agacha su cabeza—. Dilo.

— La razón de que te mentí Astrid fue que no querías que te metas en mis cosas y salgan mal —me dice fríamente y me rompe el corazón—. Tenía una carrera importante donde podía salir algo mal y allí verían si me aceptaban a la liga.

— Es decir que hiciste algo ilegal para entrar —le digo y asiente—. ¿Qué hiciste Nate?

— Tuve que jugar sucio en una carrera y ayudar a vender cocaína para que Niccolo aceptara no correr más ­—me responde agachando la carrera—. Pero conseguí el titulo después de todo.

— ¡Genial que bueno eres Nate Myers! ¡Me alegro mucho por ti! —le digo sarcásticamente.

— Astrid no hagas esto —me dice—, no aquí.

— Claro Nate no reaccionare cuando mi novio me miente y también vende cocaína —le replico—. ¿Me quedo callada y hago como si nada paso acaso?

— Es por esto que no te conté —me responde—. Tú no entiendes nada de mi mundo y nunca lo entenderás porque eres muy diferente a mí.

Sus palabras son cada vez más frías y cada vez más se me va rompiendo el corazón poco a poco.

— Entonces si somos tan diferentes como tú dices ¿Por qué diablos seguiste acercándote a mí? —le cuestiono dolida.

­— Porque me gustas rubia —responde acercándose a mí pero lo detengo.

— No —le digo—. Solo querías tenerme o me equivoco Nate.

Él se queda en silencio por unos segundos y yo rio tristemente al saber que no me equivocaba.

— Estas actuando como una niña Astrid —me cuestiona con cansancio—. Sabes que no es así y sabias desde un principio como era mi mundo y tú te enculaste igual

— Sabes lo peor Nate —comienzo a decirle—. Que me enamore como una idiota de ti y esa fue la gran mal decisión que tome en mi vida pero tranquilo esto se acaba aquí mismo.

Dicho esto me doy la vuelta para comenzar a caminar lejos de él. Las lágrimas comienzan a caer lentamente por mi rostro nublándome la visión. Decido salir del instituto ya que solo me quedaba una clase que era la de arte.

Llego a mi auto y me encierro rápidamente. Enciendo el motor y comienzo a conducir sin rumbo alguno hasta que llego a una playa vieja donde me bajo y caigo de rodillas y grito fuertemente tratando de sacar todo por dentro.

Me quedo así un rato hasta que mis lágrimas culminan y limpio mis lágrimas y me paro del césped. Miro mi móvil y no hay ningún mensaje de Nate y no me sorprende. Lo bloqueo de todos lados y veo que Alice me mandó un mensaje que ira a mi casa por la noche.

Arranco mi auto nuevamente y regreso a mi casa cuando ya estoy nuevamente bien.

Malas decisionesWhere stories live. Discover now