✩ Cat Love ✩ || Minsung

𝖳𝖾𝗇

Abrió la habitación con algo de temor, sentía que la había cagado y odiaba esa sensación.
Apenas él castaño se había ido y ya estaba haciendo un desastre, no sabe cómo pero así pasó.
El rubiecito solamente estaba mirando el paisaje en su forma animal, estaba algo agotado de estar jugando con las mariposas del jardín que le dolían las patitas.
Minho lo había metido a regañadientes antes de irse al trabajo, no sabía porque pero él siempre que su amo se iba se ponía algo ansioso, últimamente temía que algo le pasara a Minho, había algo dentro de él que le decía que pasaría algo malo, así que para calmar su ansiedad se ponía a jugar literalmente y como su instinto gatuno le decía con todo.
Ya había roto dos platos y un vaso, la alfombra y un cuadro-paisaje.
Se sentía estúpido, si, pero estos días había notado a Minho distante y él solamente quería llamar su atención.

Patético

Se sentía solo, pero sabía que eso no era responsabilidad de Minho, él solamente le daba comida y agua, un lugar para dormir y lo llevaba al veterinario.
Le dolía mucho no ver al castaño porque de alguna manera siempre le traía paz verlo y sentir su aroma cuando lo abrazaba en su forma animal, quizá debería dejar de depender de las personas pero tenía tanto miedo de que lo dañaran como esa vez, no quería volver a ser un juguete.

El picaporte ser abierto causó que se girara con nervios, sabía que era Minho.
Tomó su forma gatuna y corrió hacía el cuarto de toallas donde se escondió en uno de los estantes más altos, su colita temblaba y por respuesta de su cuerpo sus garras habían salido.

Ahora si valí, me va a sacar de casa cuando vea el desastre de la cocina...

— ¿Jisung...? ¿Dónde estás? ya regresé — extrañado, ingresó a su hogar, no había rastros del minino porque no lo había visto jugar en el jardín como de costumbre. — Hann- oh por dios — soltó su maletín al ver los tres artefactos de la cocina rotos en el suelo, se giró a su izquierda y vio la alfombra partida a la mitad o bueno, con marcas de garras en ella.

Su sangre hirvió por un segundo, se calmó en el momento, sabía que había sido su gatito, suspiró y caminó hacía el cuarto de toallas, siempre se escondía ahí.
Al abrir la puerta se sorprendió al escuchar pequeños gruñidos provenientes de ahí, tal vez había alterado al pequeño.

— Jisung... baja, tenemos que hablar — al no recibir respuesta, con miedo, estiró sus dos brazos y al sentir una cosa peludita la tomo y bajó con cuidado.
El mínimo se convirtió ahora en el precioso chico pelirubio.

— L-Lo siento Minho... no fue mi intención pero me sentía ansioso, disculpa — comenzó a sollozar bajito y eso le rompió el alma al más alto, negó y abrazó al pequeñín.

— No me molesta Hannie solamente me sorprendió ver ese desorden, pero ¿por qué lo hiciste? — tomó el mentón del más bajo y lo obligó a mirarlo a los ojos.

— Me siento ansioso últimamente... Chan dijo que no era nada, lo sé pero algo dentro de mi dice que pasará algo malo...

Ciertamente, Bang Chan un chico pelirubio, alto y de agradable sonrisa se encargaba de llevar acabo sus registros médicos-veterinarios, lo había llevado hace una semana y este había dado un buen diagnóstico, diciendo que Jisung estaba sano.