❝Trazaba líneas sin cesar, hasta crear un boceto perfecto que representaba su más deseada libertad. Extender las alas cual pájaro y alejarse de todas las restricciones que tiene al vivir en una sociedad vampírica oculta al ojo humano. Cumplir su obj...
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『 ☾ ✟ ☽ 』
La luz de la luna entraba por mí ventana, mientras me vestía con el mismo estilo de siempre, camisa blanca, pantalones negros junto a mi inseparable gabardina del mismo color, sin olvidar unas botas altas. Volví a mirar la hora, sintiendo la pereza apoderarse de mí, ¿Qué necesidad había de ir al instituto? Tengo toda la eternidad para aprender. Estiré mi brazo, pensando en la mochila, viendo como se acercaba hasta mi mano volando, la colgué de mi hombro y salí de la habitación.
Caminé por el gran pasillo de paredes blancas con cuadros de gente que desconocía, pisaba la moqueta blanca con detalles en dorado y dibujos de cachemir, toqué en la puerta del despacho de mi padre, abriéndola.
-Me voy al instituto- Dije sin siquiera mirarlo, haciendo el amago de cerrar la puerta.
-Myeong, mirame- Su voz seria e imperativa, me hicieron entrar completamente al elegante despacho lleno de estanterías con libros en cualquier idioma y un gran escritorio de madera de roble con barniz en el que reposaban papeles apilados, fijando mi mirada en él después de dar un repaso a la estancia. -Cuidate, no hagas más tonterías por ahí- Una pequeña sonrisa adornaba su cara.
-Vale, me voy- Alargué la última letra mientras que volvía sobre mis pasos y cerraba la puerta, para seguir caminando, asustandome al ver aparecer en medio del pasillo a Sunghoon.
-Tu madre- Puse mi mano en mi pecho aunque mi corazón no latiera, pero me sentía alterada.
-Es la misma que la tuya, ¿Al instituto?- Se acercó a mí con una pequeña sonrisa, haciéndome rodar los ojos por el intento de broma.
-No, me voy a la iglesia imaginaria de Mortuorum-
-Me quedaría sin hermanita- Pasó su brazo por encima de mis hombros, pero apresure mi paso dejándolo atrás.
Llegué a la escalera imperial que bajaba a la planta baja, saltando de dos en dos los escalones, hasta que llegue a abajo del todo, girándome para esperar a Sunghoon, que bajaba con más elegancia que yo. Era el hijo heredero de la familia Park y debía demostrar ser digno de ello, menos mal que no me toca a mí, pensé. Salimos los dos por la puerta principal, no sabía exactamente porque teníamos que hacer todo el recorrido hasta aquí en vez de teletransportarnos directamente, ni tampoco porque debía acompañarme mi hermano, sabía apañarmelas sola, pero nuestro padre siempre decía lo mismo de siempre y tenía que ser así.
Un segundo después de que él chasqueara sus dedos, nos encontrábamos enfrente de la gran puerta de metal abierta que daba paso a los enormes jardines de el instituto.
-Adios- Me despedí empezando a andar mirando atras haciendo un gesto con la mano viendo que como me imitaba.
Recordé mi horario con rapidez, martes a primera hora...matemáticas, sentí como la pereza volvía a mi, mientras caminaba observando a los demás vampiros andando o hablando en los bancos que había, sin importarles llegar tarde, tampoco era yo una excepción. Llegué a la puerta, entrando al vestíbulo, donde había aún más gente, ignoré lo que ocurría y me dirigí al pasillo en donde estaba la primera clase a la que debía ir. Abrí la puerta de esta al llegar, no había nadie todavía, siquiera el profesor, me dirigí al lugar del fondo al lado de la ventana, dejé mi mochila encima de la mesa, para sacar mi cuaderno de dibujo, junto al estuche, aprovechando mis vistas para mirar por ella y encontrar algo de inspiración.
