❝Trazaba líneas sin cesar, hasta crear un boceto perfecto que representaba su más deseada libertad. Extender las alas cual pájaro y alejarse de todas las restricciones que tiene al vivir en una sociedad vampírica oculta al ojo humano. Cumplir su obj...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
『 ☾ ✟ ☽ 』
Todas las palabras que tuvieran como significado estar enfadado, se las transmitía manteniendo mi mirada al guardia de mi habitación, sin parpadear, suspirando aburrida, no viendo ninguna reacción por su parte. Me levanté de la silla y me acerqué a él quedando a escasos centímetros de su cara.
-Me caes mal, quitame esto-Me quejé intentando arrancar el collar adherido a mi cuello.
-Lo siento, no puedo hacer eso- Bufé enfadada ante lo que contestó.
-¿Vas a venir conmigo al instituto?-Pregunté cogiendo mi mochila, colgandola de un hombro.
-En efecto-Rodé mis ojos y esperé a que abriera la puerta para salir de la habitación.
Después de lo ocurrido, todo se había vuelto aún más tenso entre mi padre y yo, me había puesto guardias hasta en mi habitación y además un collar que inhibe todos mis poderes, no podía hacer absolutamente nada que tuviera que ver con ello, no podía ir a la cabaña, ni quedar con Beomgyu o algo parecido, permanecía todas las horas en la mansión después del instituto, la había recorrido millones de veces, me aburría y no tenía nada más que hacer. Me sentía más encerrada que nunca, lo había hecho mal, no me arrepentía para nada, si no tuviera un guardia analizando cada paso que daba, ya me habría acercado a hablar con Niki, lo veía de lejos, hablando con sus amigos sonriente, mientras yo me reducía a sentarme en un banco y ponerme los auriculares para escuchar música, e incluso me preguntaba que estaba escuchando, por si estaba hablando con alguien secretamente. Agobiada era la palabra que definía mi interior, me habían cambiado la jaula a una muchísimo más pequeña en la que ni siquiera podía estirarme con naturalidad porque tocaba los barrotes que la formaban.
Miraba el cielo nocturno imaginándome volando por él, ver los árboles diminutos en comparación de cuando estoy caminando por tierra, traspasar las nubes mientras viajó sin rumbo, tan solo sintiendo la libertad en su máximo esplendor, aunque tan solo fuera un minuto...un segundo...un mínimo y pequeñísimo momento en el que pueda ser libre, olvidarme de todo, ser yo misma en este mundo lleno de restricciones y castigos.
Suspiré aliviada al entrar al laboratorio, me tocaba clase de alquimia, mi favorita con diferencia, además estaría con Sunoo, todo era perfecto, a excepción de la mirada fija de mi guardia a través de las ventanas que dan a los pasillos.
-Aquí Myeong-Escuché a Sunoo sacándome de mis pensamientos, percatándome de su deslumbrante sonrisa y su mano agitándose para que lo viera.
-Hola Sunoo, ¿Qué tal?-Me senté a su lado, mientras esperábamos a que el profesor entrará al laboratorio.
-Perfectamente, ¿Y tú?-
-Vigilada hasta para ir al baño y no exagero-Suspiré poniendo mis brazos en la mesa recostandome levemente en este sin ganas.