❝Trazaba líneas sin cesar, hasta crear un boceto perfecto que representaba su más deseada libertad. Extender las alas cual pájaro y alejarse de todas las restricciones que tiene al vivir en una sociedad vampírica oculta al ojo humano. Cumplir su obj...
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『 ☾ ✟ ☽ 』
Un cosquilleo en mi cuello, me hizo abrir los ojos, sintiendo una pesadez extraña en mi cabeza. Lo primero que ví fue una intensa luz en el cielo, haciendo que volviera a cerrar mis ojos hasta que me acostumbré. Me incorporé dándome cuenta de que estaba acostada al empezar a tener más consciencia sobre mi cuerpo.
En un segundo, me dí cuenta de lo que realmente estaba pasando. Me levanté con absoluto terror y empecé a revisarme todo mi cuerpo en busca de quemaduras, polvo grisáceos y dolor, pero no había nada de eso. Volví a mirar al cielo, encontrando un brillante sol en lo alto de este.
—¿Cómo es posible?—Murmuré mirando mis manos sin entender que estaba sucediendo.
—Un hechizo, imagínate que tan solo pudiéramos caminar por la noche, muy inútil ¿verdad?—Me sobresalté al escuchar la voz de Satán a mis espaldas, pero al girarme no había nadie, hasta que escuché un maullido, encontrando una bola de pelo oscuro entre mis pies.
—¿Por qué eres un gato?—Me volví a sentar en donde estaba, para poder asimilar todo, sobre todo poder estar bajo la luz del sol, aunque me resultaba incómodo, y me daba algo de repelús, al saber que tenía otra cosa en común con los humanos.
—Me resulta más fácil pasar desapercibido de esta manera, además me incomoda la mirada de los humanos—Contestó mientras se lamía una de sus patas.
Miré a mi alrededor, encontrando un amplio bosque. Estábamos rodeados de altos árboles, se escuchaban los sonidos de los animales que habítaban allí, sintiendome como una intrusa. Busqué a Niki, pero no estaba por ningún lado, preocupándome.
—Tu principe azul se ha ido a buscar algún lugar para quedarnos mientras que estemos aquí—Miré mal a Satán, viendo cómo me miraba de forma inocente como si él no hubiera dicho nada.
—Vamos a buscar nosotros también—Pasé por alto como había llamado a Niki, y me levanté sacudiendo la suciedad de mi ropa.
—Tambien busquemos algo de comida, el ritual me ha dado hambre—Asentí, y empezamos a caminar hacia una dirección aleatoria.
Revisé las cosas que tenía en la mochila, debía asegurarme de que tenía todo. Finalmente, he llegado al destino que tanto había deseado. Estoy caminando sobre la tierra que forma la parte en donde los humanos convivían. Esta era mi oportunidad para conocerlos en profundidad, y darle respuesta a muchas de las preguntas que tenía mi madre sobre ellos. Quería observar desde cerca como interactuaban entre ellos y convivían, que hacen en su día a día, sus debilidades, habilidades...en definitiva, un riguroso estudio, que me de toda la información que mi cerebro pida para alimentar mi curiosidad.
No podía ocultar mi felicidad, me sentía más viva que nunca, al fin había alzado el vuelo y estaba planeando por el cielo, disfrutando de la compañía de otras especies que surcan las alturas. Podía ser yo misma, sin normas que me impidieran hacer lo que realmente quería ser. No podía negar, que debía tener cuidado, no debíamos llamar la atención, no sabíamos identificar a los cazadores, y sería un gran problema tener que enfrentarnos a uno de ellos.
